'El pueblito más lindo de Colombia'. Así definen su tierra los baricharas, conocidos como 'patiamarillos', término que se les atribuye debido a que los nativos permanecían con los pies descalzos sobre la tierra que tiene un característico color entre amarillo y rojizo.
De esquina a esquina los visitantes se encuentran con una arquitectura colonial, una obra de arte invaluable.
Es un pueblo que nació de la tierra y se engalana entre las majestuosas montañas santandereanas.
Su clima templado seco es un atractivo para propios y extranjeros.
Son más de tres horas y media de viaje de Bucaramanga a Barichara, marcada por el recorrido por las curvas de Pescadero —un tormento para algunos pasajeros—, un tramo que está a 600 metros sobre el nivel del mar y que hace junte con la corriente del río Chicamocha.