El fuerte sol que se sentía a la 1 de la tarde de este sábado no fue impedimento para que el público volviese a respirar y sentir el aire carnavalero del popular desfile del bordillo.
Fueron dos años de espera para los amantes de las fiestas más importantes de la capital del Atlántico, los espectadores se acomodaron en sus terrazas, balcones de sus viviendas y en las esquinas para vivir de cerca el 'tan anhelado Carnaval del sol'.