Hay cuatro aspectos en los que coinciden las personas que trataron al recién fallecido cantante mexicano Vicente Fernández.
Su gran sentido del humor, voz de mando, su pasión por el dibujo y los caballos.
El vacío que ha dejado entre familiares, seguidores y personas ligadas a la industria musical es inmenso, así como también lo es el legado que deja a las nuevas generaciones que lo tienen referenciado como la última gran figura de la música ranchera.
EL HERALDO consultó a amigos, empresarios musicales y periodistas mexicanos sobre algunos aspectos personales del denominado ‘Charro de Huentitán’ para conocer otras facetas del artista.
Si de personas que lo conocieron de cerca se trata, se debe mencionar a la periodista Blanca Martínez, La Chicuela, que labora con el canal TV Azteca.
Durante 25 años se convirtió en su amiga y pudo conocerlo a fondo. Por ejemplo, destaca que era un gran dibujante.
'Muchas veces me invitó a su rancho no solo en calidad de periodista, sino como amiga de la familia y allí pude conocer que le encantaba dibujar, lo hacía esencialmente sobre huevos decorativos y tenía una fijación muy particular por los rostros de caballos, los cuales plasmaba en cada cáscara y exhibía en una vitrina'.
Martínez explica que en medio de una entrevista que realizaban en el rancho ‘Los Tres Potrillos’, uno de los empleados le avisó que una de las yeguas iba a parir y se angustió mucho, al punto que él mismo atendió el parto.
'Desafortunadamente la cría nació muerta y don Vicente se puso a llorar como un niño delante las cámaras, en ese momento palpé lo mucho que amaba los animales'.
También lo definió como un hombre muy respetuoso y que pese a que tenía fama de bravucón, descubrió a un ser humano extrovertido.
'Lo conocí tras publicar una fotografía exclusiva en la que cargaba a las gemelitas de Alejandro Fernández (Camila y América), eso era una joya y debía sacarse. Posteriormente me invitó a su rancho para que le contara cómo la conseguí. Confieso que tenía pavor porque me podría regañar, pero nos trató con mucha amabilidad y hasta hizo varias bromas. De ahí en adelante fuimos buenos amigos, me dio entrevistas exclusivas y hasta antes de la pandemia me mostró el álbum que le produjo a su nieto Álex Fernández, un bello recuerdo que atesoro'.
Agregó que tenía una especie de museo en el que guardaba prendas significativas de sus ídolos.
'Me mostró un traje del torero Manolo Martínez, la chaqueta que usó Pedro Infante en la película Los tres Huastecos y también tenía la manta del actor Pedro Armendáriz'.
Roberto López, presidente de Sony Music México, lo definió como 'el más grande entre los grandes' y destacó su solidaridad especialmente con sus colegas.
'Tenía una sonrisa a flor de piel, si bien como buen charro que era infundía respeto y liderazgo, siempre que podía le tomaba el pelo a cualquiera con sus bromas'.
López que lo denominó como el ‘Frank Sinatra de la ranchera’, dijo que su corazón era bondadoso, al punto que tuvo un gesto con el que demostró toda su nobleza.
'Hizo un concierto de despedida como siempre lo quiso, en el Estadio Azteca de Ciudad de México (16 de abril de 2016) al que denominó ‘Un Azteca en el Azteca’, con entradas gratuitas para que el pueblo pudiera estar a su lado por última vez. Siempre fue una persona agradecida; en esa ocasión, como tantas veces antes, se rindió ante 80 mil almas y correspondió el apoyo que le dieron durante toda su carrera y que lo llevó a una gira de despedida por tantos países y ciudades. Definitivamente era un gran artista, pero como persona Vicente era aún más grande', expresó el representante de la disquera con la que Fernández publicó todas sus producciones discográficas.