Compartir:

El incipiente avance de la industria cinematográfica de Afganistán se detuvo de repente el 15 de agosto con la toma de Kabul por los talibanes, que hizo añicos el sueño de los jóvenes cineastas que aspiraban a cambiar su país: 'El mundo nos ha traicionado', denunciaron desde Venecia.

'En solo dos semanas los jóvenes más prometedores, las personas de talento y las mentes más brillantes abandonaron el país', denunció desde la Mostra la cineasta Sahraa Karimi, la primera mujer al frente de la Organización del Cine de Afganistán.

Karimi, que en 2019 compitió en la sección Horizontes de Venecia con 'Hava, Maryam, Ayesha', repasó ante la prensa el trabajo que su organización había realizado y que el ascenso talibán, propiciado por la salida de Estados Unidos, detuvo.