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En el municipio de Soledad, Atlántico, Daneida Ortega es artesana, artista plástica, madre cabeza de hogar y docente por vocación y profesión.

En compañía de sus padres, hermanos y un hijo han podido salir adelante. Su historia reúne valentía, creatividad y mucho totumo.

Es de Valledupar y tiene más de 10 años trabajando con esta materia prima. La línea de accesorios y su obra plástica manejan un mismo concepto en el que se destacan fibras naturales como las semillas, el totumo y el fique.

Correas, alcancías, aretes, collares, diademas, bolsos, candelabros, anillos, cortinas, totumas, cucharas, copas, llaveros y atuendos son algunos de los productos que ella elabora.

'El totumo se puede trabajar de múltiples maneras, es un fruto muy agradecido que se puede moldear y trabajar de la forma que uno quiera, pero yo como artesana también me adapto a la forma y el contexto de él', explica.

Vivir sus primeros cuatro años de edad en Valledupar le fue suficiente para enamorarse de la naturaleza que la rodeaba. El tener contacto directo con esta corteza vegetal a tan temprana edad hizo que estos elementos hicieran parte de sus obras.

'En la casa lo utilizábamos para hacer elementos de cocina, para jugar. En este momento lo que he hecho es un proceso de transformación del que obtengo mi línea de accesorios y la obra plástica que desarrollo'.