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El reloj marca las 5:30 de la tarde y el olor a lechón, jamón y queso sobre la plancha invade la cocina de Carolina Asmar. En Havana Sandwiches empieza la jornada laboral. Un equipo conformado por cinco personas se pone manos a la obra.

Con el teléfono en mano, Jolenis Claros se alista para recibir las órdenes. Leda Mena es la encargada de que todos los productos queden perfectamente preparados en la cocina, mientras, Ramiro Cardozo la ayuda a empacar y Walter Pacheco se los lleva a domicilio a los comensales que los van a disfrutar. Por su parte, Asmar, además de ser la propietaria, se encarga de la creación de la carta, el mercadeo y el manejo de las redes sociales.

Asesorías gastronómicas y catering de eventos eran algunas de las actividades a las que Carolina Asmar se dedicaba pre cuarentena con su marca X/O Catering y debido a que las nuevas condiciones de vida implicaban que estas se detuvieran por un tiempo, decidió llevar su gusto por los sánduches a la mesa de los barranquilleros a través de su marca Havana Sandwiches, que opera desde el 1 de julio en el formato de cocina oculta.

'Antes me dedicaba a la alta gastronomía y al rescate de especies del Caribe con la Fundación ecológica Batis, pero como esas actividades tampoco las podía hacer, me propuse crear un producto que le gustara a la gente, que fuera posible entregarlo a domicilio, rico y que tuviera calidad. Así empecé a trabajar en la carta de Havana'.

La chef barranquillera considera que este tipo de formato de operación es una buena alternativa para todos aquellos restaurantes que lastimosamente apagaron sus fogones este año, porque 'pueden alquilar una cocina más pequeña, hacer producción y enviarla a domicilio. Si no quieren descartar totalmente la atención al público, pueden conseguir un local más pequeño. Todo esto para reducir considerablemente los gastos'.

Carolina Asmar es una de las chef invitadas este año como representante de su ciudad natal a Sabor Barranquilla. Teniendo como referencia la influencia de la cocina africana en la costa Caribe presentó este jueves un cachete de res glaseado en su jugo con jalea de guayaba, puré de plátano verde con leche de coco y un buñuelo de garbanzos con anís, decorado con verdolaga y flores de maní. Todo un manjar.

Disfrutar de la comida a domicilio pasó de ser un gusto de fin de semana a una práctica frecuente alrededor del mundo en los últimos meses debido a la pandemia del coronavirus, lo cual ha sido una oportunidad de negocio para los emprendedores que han decidido cumplir su sueño sin caer en los altos costos de un restaurante a manteles.

El concepto de cocinas ocultas ya venía funcionando en el país y en la ciudad antes de la cuarentena de una manera muy modesta; sin embargo, varios, como Carolina Asmar, se atrevieron y hoy cuentan con sus negocios abiertos al público a través de plataformas digitales como Rappi, Uber Eats o iFood.

Las ‘Dark Kitchen’ o ‘Cocinas fantasma’, como también son conocidas, funcionan únicamente a domicilio. Para su operación no necesitan locales comerciales, mesas, sillas ni personal para atención a comensales, solo se hace necesaria una buena cocina con todos los implementos necesarios de acuerdo al tipo de comida que se ofrece. Cabe resaltar que su ubicación en la ciudad juega un papel importante en la prestación óptima del servicio y para ello se debe tener en cuenta, entre otras cosas, si la zona es de alta demanda y las rutas de tráfico para tener una mayor agilidad en las entregas.