La explosión del Me Too en el sector del entretenimiento en 2017 puso en evidencia conductas predatorias normalizadas que durante décadas afectaron a las mujeres.
A partir de ese año empezaron a hacerse aún más visibles las dinámicas sociales que se gestaban a partir de las redes sociales, sometiendo al escrutinio público a poderosos, políticos, magnates, intelectuales y empresarios.
Este miércoles, la revista feminista Volcánicas reveló testimonios de ocho mujeres que señalaban al cineasta colombiano Ciro Guerra de conductas impropias. De las acusaciones siete de ellas son por acoso y una por abuso sexual en hechos ocurridos entre 2013 y 2019.
Catalina Ruiz Navarro y Matilde de los Milagros Londoño, las periodistas encargadas de la investigación, fueron contactadas por un amigo de una de las mujeres denunciantes que estaba dispuesta a hablar y les narró lo sucedido. Al tiempo aparecieron otras mujeres desconocidas entre sí, pero con una denuncia en común: el acoso por parte de Guerra.
Después del eco que tuvo la publicación del artículo en redes sociales, el director de El abrazo de la serpiente declaró que las acusaciones en su contra eran falsas y que acudirá a instancias legales para defenderse.
'La publicación que se ha hecho hoy en día en la revista virtual Volcánicas, en la que se hacen acusaciones gravísimas en mi contra, es completamente falsa, no he cometido ninguna de las faltas de las que ahí se me acusa', dijo Guerra a través de un video.
Por su parte, según el artículo, las mujeres —que mantienen en reserva su identidad— no realizarán una denuncia penal debido a que 'no quieren pasar por un proceso de revictimización en manos del sistema de Justicia, ni por el cuestionamiento, ni el escarnio público', pero con ello pretenden dar a conocer 'la normalización de la violencia sexual en el gremio audiovisual colombiano'.
Ligia Cantillo, coordinadora de la Maestría en Estudios de Género y Violencia Intrafamiliar de la Universidad del Atlántico, explica que las denuncias de los movimientos feministas han permitido poner el tema de la violencia de género en las agendas públicas después de una 'larga invisibilización'
'Hoy el tema no pasa desapercibido cuando se trata de acusaciones sobre violencia contra las mujeres. Estos movimientos han permitido que se expresen nuevas dinámicas. Se han ido reconstruyendo algunos imaginarios, como por ejemplo, que en pelea de marido y mujer nadie se debía meter, o que los trapos sucios se lavan en casa, o que la gente educa a sus hijos como le da gana. Eso no es así. Cuando las mujeres empezaron a plantear que lo que ocurría en los espacios privados también tenía que importar en lo público se hizo de obligatorio cumplimiento del Estado intervenir', dice.