En México las mujeres se esfumaron. No caminaban por las calles, no tomaron el transporte público ni fueron a los trabajos. No estuvieron en restaurantes, cafeterías, parques o tiendas. No estudiaron en escuelas o universidades. No hubo amas de casa, madres, esposas, ni hijas. Desaparecieron.
¿Cómo es un día sin mujeres? En los equipos de trabajo los hombres tuvieron la sobrecarga laboral de la ausencia. Les tocó cuidar de ancianos y niños. Hubo pequeños que faltaron a la escuela por no tener a tiempo el uniforme, desayuno y lonchera. Incluso, hubo adultos que faltaron al trabajo por no tener quien cuidara de los niños —y hasta de ellos—. El país, este lunes, experimentó las pérdidas que genera el cese de las actividades femeninas, roles que son vitales en la sociedad. Así se lo imaginan las mujeres que pararán hoy, que dejan de lado el hogar y la vida profesional para exigir garantías por el derecho a una vida libre de violencias.
Con la etiqueta #UnDíasinNosotras, la población femenina de ese país convocada por grupos feministas, organizó un paro nacional por 24 horas. Una convocatoria inspirada por dos atroces crímenes ocurridos el mes pasado. El de la joven de 25 años, Íngrid Escamilla, apuñalada, desollada y desentrañada presuntamente por su pareja; y la niña, Fátima Aldrighett, de siete años, secuestrada al salir de la escuela. Su cuerpo fue hallado junto a una construcción en una bolsa de plástico. El 9 y 11 de febrero, respectivamente.
Los asesinatos de mujeres por motivos de género crecieron un 137% en los últimos 5 años en México, según informó el fiscal general, Alejandro Gertz, en una rueda de prensa realizada junto al presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ha sido duramente criticado por no haber logrado ponerle freno a la oleada de violencia machista del país azteca.
Apoyo sin precedentes. El paro ha sido bien recibido entre sectores sociales, religiosos, públicos y privados, rompiendo barreras de raza, religión, orientación sexual u oficio. El encuentro tiene como premisa la unidad sin ningún tipo de sesgo ideológico.
Esta vez, en lugar de salir a marchar a las calles decidieron rechazar la violencia con un mensaje diferente. Organizaron otro tipo de militancia para llevar por el mundo un mensaje de indignación y de furia.
La jefe de Gobierno de Ciudad de México, —en la que trabajan alrededor de 150.000 mujeres—Claudia Sheinbaum, se pronunció acerca de haber dado instrucciones para que las mujeres que participaran del paro no recibieran ningún tipo de sanción laboral.
Según cita una investigación del diario estadounidense The New York Times, la firma especializada Concanaco Servytur, estimó que un día de paro tendría un costo en la economía mexicana de 1.370 millones de dólares.
El Consejo Coordinador Empresarial, máximo organismo patronal mexicano, exhortó también a sus asociados a ser 'empáticos' con la lucha femenina.
¿Qué pasaría si Colombia parara?. Ligia Cantillo Barrios, coordinadora del programa de Maestría en Estudios de Género y Violencia Intrafamiliar de la Universidad del Atlántico, explica que las mujeres en su actividad laboral tradicional son las encargadas de realizar la gran mayoría de las actividades que facilitan que la población pueda ingresar tanto al mercado laboral como a las actividades educativas.
'En la mañana hay que preparar a los niños para la escuela, hacer el desayuno, lavar la ropa. Por lo general son las mujeres quienes facilitan esa labor'.
Para la profesional, en un día sin mujeres la respuesta es simple: la sociedad colapsaría.
' Las actividades domésticas al final de cuentas no se ven porque los oficios del hogar están naturalizados, se presentan como algo fácil y no se les da ningún valor; sin embargo, su ausencia generaría un caos', dijo.
'Esas acciones [el paro]buscan reivindicar el papel de las mujeres en la vida doméstica. Esto permite reflexionar sobre los aportes que las mujeres hacemos. Es una exigencia del Movimiento Social de Mujeres sobre el valor de este trabajo que no tiene horarios, remuneración, ni reconocimiento'.
Cantillo explica que en Colombia la situación de violencias contra las mujeres en el espacio doméstico no está lejos de México.
'En el país se generan muchos tipos de violencias, sobre todo la violencia intrafamiliar, que ocurre en espacios privados donde las mujeres son las mayores víctimas. En una investigación que hicimos con las comisarías de familia en 2015 y 2016 encontramos que en el Atlántico el 92% de las mujeres recibe algún tipo de violencia en su casa y solamente el 8% los hombres'.
'Esto llama profundamente la atención porque la casa —el espacio privado— se supone que es el más seguro para las mujeres; no obstante, en esta sociedad es el más inseguro.
'Esta violencia se naturaliza tanto que se cree que es normal y esa normalización no permite su visibilización y enjuiciamiento de ese problema', agregó.