Angélica Rovira sale todas las mañanas a un parque que queda cerca de su casa en el Barrio Los Robles de Soledad para hacer ejercicio. Un infaltable a la hora de entrenar es llevar su mascarilla para protegerse del coronavirus. Sin embargo, asegura que usar el tapabocas le resulta muy molesto, pues por momentos siente que 'se está ahogando'.
Algo similar le ocurre a Juan Manuel Lugo cuando va en su bicicleta hasta Puerto Colombia, varios días de la semana. Señala que 'trata de regularse cuando va a zonas retiradas y en ocasionas debe dejar la nariz destapada por la falta de aire'.
En Wuhan, China, un hombre de 26 años que corría tres kilómetros al día empezó a sentir un fuerte dolor en el pecho en medio de su recorrido. Al llegar al hospital le informaron que había sufrido un neumotórax, una enfermedad que se produce cuando el aire se filtra en el espacio entre los pulmones y la pared torácica. Su pulmón se había comprimido en un 90% y había corrido al corazón hacia el lado derecho por lo que tuvo que ser sometido a una cirugía que le salvó la vida, según informó el Daily Mail, periódico británico
Chen Baojun, director del departamento de cirugía torácica del hospital de Wuhan, dijo a medios locales que la condición física de este corredor al ser muy delgado pudo haber contribuido a la aparición de este neumotórax; sin embargo, se refirió también a una posible influencia de la mascarilla, que pudo haber reducido la entrada de oxígeno al cuerpo en un momento de alta exigencia física. Sobre esto no existe evidencia científica que lo compruebe.
Patrick Davitt, director del programa de Ciencias de la Salud de la Universidad de las Ciencias en Filadelfia, explicó al medio The Philadelphia Inquirer que 'con estas mascarillas el paso del aire será limitado, así que el cuerpo tendrá que trabajar más fuertemente para desempeñarse de la manera en que lo haría sin el tapabocas (…) entre más fuerte y más rápido respiremos, más nos afectará llevar un tapabocas'.
En Colombia, al igual que en otros países del mundo, se estableció como obligatorio el uso del tapabocas como medida de protección ante el coronavirus. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda su uso para evitar que las personas contagiadas propaguen partículas (gotículas) virales cuando hablen, tosan, respiren o estornuden.
Tapabocas y entrenamiento
Para el médico deportólogo Orlando Angulo, en este momento no existen suficientes evidencias científicas que permitan determinar qué implicaciones tiene el uso del tapabocas al realizar actividad física de alta intensidad.
'Hay estudios de baja y moderada intensidad, y si bien pueden haber cambios fisiológicos respecto a oxígeno y CO2, esto no amenaza la vida ni afecta el desempeño significativamente. La SaO2 [saturación arterial de oxígeno] no va a bajar más de 1%. La fracción inspirada de oxígeno, fio2, puede bajar al 17% y la hipercapnia —aumento de la presión parcial del dióxido de carbono (CO2) en la sangre— puede subir 3%. No tenemos evidencia en alto rendimiento y alta intensidad. Ya hay una prueba piloto andando en triatletas de alto rendimiento, pero hasta ahora no se han encontrado cambios que amenacen la vida'.
Angulo explica que sí pueden darse esos síntomas, pero 'pueden aparecer con o sin mascarilla'. Estos 'son signos de alarma para suspender el ejercicio'.
El profesional señala que es posible que a intensidades leves y moderadas no haya riesgo de usar mascarilla en una persona sana; sin embargo, es enfático al afirmar que en el campo científico aún no está claro qué ocurre cuando la persona alcanza el 75% de la frecuencia cardiaca, pues 'esto es muy nuevo y el conocimiento es dinámico, según el rigor científico y fortaleza de la evidencia'.
El deportólogo recalca que llevar tapabocas en este momento es muy importante para la salud, pero debe usarse de la forma correcta, manipulándolo de manera adecuada.
'Recomiendo usar mascarillas convencionales. La N95 tiene demasiada sensación térmica, disconfort, picazón, sensación de olores desagradables y algunos acumulan sal en la piel debajo de la máscara'.
Además, resalta que puede llegar a ser molesto al pegarse en la piel debido al sudor. En caso de que la persona sienta una obstrucción respiratoria puede bajarlo hasta la barbilla mientras realiza la actividad y esté alejado de otras personas, para luego ponérselo con cuidado.
'Es muy importante que bajo ninguna circunstancia las personas entrenen en grupos. Siempre manteniendo la distancia social de dos metros. Durante el ejercicio debe hidratarse muy bien, y al llegar a casa debe botar de inmediato el tapabocas, lavarse muy bien las manos, cambiarse la ropa y bañarse preferiblemente'.
Gimnasios y sedentarismo
Refiriéndose al entrenamiento en general, Angulo es partidario de que se abran los gimnasios para que las personas retomen la actividad física.
'Los gimnasios deben volver a operar con control de ingresos, protocolos de bioseguridad y con distancia social. Esto depende mucho de la idiosincrasia, pero debe existir un compromiso tanto de las personas como de los establecimientos. Al final, si no retornamos a la vida la gente se va a engordar, va a tener diabetes e infartos. Es una locura que la gente se quede sedentaria. Hasta que exista una vacuna la mejor forma de prevenir es el distanciamiento, pero si hay que salir que sea con todos los protocolos'.
En últimas, señala, con el sedentarismo se desarrollan patologías crónicas y enfermedades que incrementan los costos de salud. 'Puede terminar saliendo más costoso a largo plazo en términos de morbilidad y gastos hospitalarios'.