Desde que fue elegido el Día Mundial de la Hemofilia en 1989, todos los 17 de abril se conmemora la fecha para generar conciencia sobre este trastorno de la coagulación de la sangre que afecta a más de 2.000 colombianos, según datos suministrados por la Federación Mundial de Hemofilia.
La hematóloga Claudia Agudelo manifiesta que los pacientes que presentan esta patología sufren tanto de sangrados incontrolables por heridas, a simple vista inofensivas, como de hemorragias internas en articulaciones, músculos y órganos. 'Estos signos producen dolores extremos que pueden resultar fatales'.
En otras palabras, como lo señala la página de la farmacéutica Pfizer, 'una persona con hemofilia no sangra más rápido que otra, sino que el sangrado podría durar más tiempo. El principal peligro radica en hemorragias internas no controladas, surgidas de manera espontánea o a causa de una lesión'.
Ahora, ante la crisis sanitaria ocasionada por la COVID-19, es pertinente mencionar que este grupo poblacional requiere de un tratamiento y un control estricto, así como de ciertos cuidados exhaustivos para prevenir su contagio.
'Hay evidencia de que la letalidad es mayor en personas que presentan una comorbilidad de base, en este caso la hemofilia sería una. Pero, desde la evidencia científica, no se podría hablar de si existe o no una tasa de letalidad mayor o menor de la COVID-19 en los pacientes con hemofilia, pues se sigue investigando al respecto (...) si el paciente tiene algún tipo de sangrado corre el riesgo de ser hospitalizado y, a su vez, de contraer el virus', explica la galena.
Así las cosas, la experta recomienda tener cuidados en el hogar como no cambiar el tratamiento recomendado por los médicos, comprar con antelación las medicinas y las dotaciones necesarias para cumplir con la cuarentena, no iniciar la práctica de nuevas actividades físicas. Si tiene una rutina establecida se debe continuar y no hacer cambios sin la previa autorización de un experto, ya que ciertos ejercicios podrían generar sangrados y obligar a la persona a frecuentar un centro médico.
También enfatiza en que si se encuentra en un tratamiento experimental debe consultar con su médico para saber de qué manera se realizará la toma para las muestras de sangre. 'En lo posible se debe llegar a un acuerdo de visita domiciliaria'.
La alimentación, en estos casos, cumple un papel fundamental. Establece que debe ser balanceada, cuidando siempre que el consumo de calorías y de carbohidratos sea moderado, pues de esta manera se evitará el aumento de peso. La sobrecarga muscular incrementará el riesgo del sangrado y, por ende, obligará al paciente a asistir y a exponerse en un centro de salud. Lo anterior —advierte— debe combinarse con las medidas preventivas decretadas por el Gobierno nacional, dirigidas a la comunidad en general.
Un caso
David Cuartas, de 35 años, fue diagnosticado con 'hemofilia A severa' cuando cumplió un año de edad. Desde entonces vivir con la sintomatología de sangrado y ser vulnerable a cualquier golpe o cortadura lo ha limitado a hacer ciertas actividades. Cabe aclarar que hay hemofilia B, que también se denomina enfermedad de Christmas e implica la deficiencia o falta de factor IX.
Hoy día, frente al coronavirus, David sabe que al tener una enfermedad crónica de base corre un riesgo, por tanto, trabaja en el reforzamiento de sus medidas preventivas.
'He sido muy estricto con el lavado de manos, la asepsia y el distanciamiento social. También he cumplido con la cuarentena porque por fortuna mi EPS me ha brindado el tratamiento desde casa. Todo esto lo estoy combinando con los ejercicios que me indicó el fisioterapeuta para fortalecer los músculos y para evitar un estilo de vida sedentario, ya que el sedentarismo puede afectar mis articulaciones bajas y, al tiempo, ponerme en riesgo de sangrado'.