Compartir:

Arturo Reyes es uno de los principales responsables del mal momento de Junior, que quedó eliminado en la Copa Libertadores, no ha marcado diferencia en la Liga II y no progresa en su fútbol, pero no es el único.

Leer también: La hinchada de Junior mostró su inconformismo con el técnico y los jugadores

Relacionado: “Este grupo ya fue campeón, a veces nos olvidamos rápido de eso”: Bacca

Los jugadores, varios de los que se coronaron campeones, y los que han llegado en medio de una gran expectativa sin poder convertirse en verdaderos refuerzos, también tienen su cuota de responsabilidad. Es que son varias las razones que han impedido la evolución de un equipo que se ha estancado y hasta ha retrocedido en su forma de juego. La redacción deportiva de EL HERALDO consideró las siguientes:

1. La partida de Déiber Caicedo.

El ataque de Junior era una de sus principales fortalezas. José Enamorado, que ahora anda alicaído en su fútbol, y Caicedo siempre le daban grandes dolores de cabeza a los rivales por los costados. Encaraban, se filtraban y generaban peligro. El vallecaucano, que no estuvo tan brillante en el primer semestre de este año como en 2024, era atrevido, pedía el balón, intentaba, se asociaba, y se complementaba con Fuentes por la izquierda. Por la derecha también había un buen tándem entre Enamorado y Wálmer Pacheco, más allá de que los dos presentaran problemas para decidir y finalizar las jugadas. Se buscaba por ambos flancos y el contrario no tenía que preocuparse por un solo costado, como sucede ahora, que le ponen doble y triple marca al extremo atlanticense. Lo que hacía falta era recambio para ellos dos.

2. La definición

La producción ofensiva de Junior no es la mejor, solo nueve goles en 10 partidos en el segundo semestre, menos de un tanto por juego en promedio. En cuatro compromisos se ha ido en blanco. Le cuesta demasiado dar a luz un golcito y si no los consigue Carlos Bacca, difícilmente aparece otro jugador festejando. Y el porteño no ha estado del todo bien en esta segunda parte del año, físicamente no se ha visto tan fuerte y son recurrentes sus fueras de lugar, pero no ha tenido la competencia idónea con Marco Pérez y ‘Tití’ Rodríguez, que cuando ingresan hacen pensar que es preferible el Bacca extenuado. El legendario artillero, Chará y Enamorado han desperdiciado clarísimas oportunidades de gol que habrían puesto varios partidos a favor de los rojiblancos.

De interés: Fluminense presenta oficialmente a Gabriel Fuentes: firmó hasta agosto 2028

3. Faltaron refuerzos

En vista de que Marco Pérez y ‘Tití’ Rodríguez habían dado muestras en el primer semestre de que no estaban en capacidad de pelear firmemente la titularidad a Carlos Bacca, la dirigencia de Junior debió conseguir una alternativa diferente para el ataque. Un delantero con mayor movilidad y mejor condición técnica, uno que, incluso, se pudiera complementar con Bacca para usarlos juntos en determinados momentos. Otro tipo de características para que el repertorio de variantes fuese mayor. Era una necesidad por la baja producción y escasa trascendencia de Pérez y Rodríguez en el equipo. También hubiera sido ideal que se incorporara a Yairo Moreno como un refuerzo y no como reemplazo de Caicedo. Con los dos habría más opciones de ataque confiables en la nómina.

4. No han respondido los que trajeron

El rendimiento de Rafael Pérez, Víctor Cantillo y Yimmi Chará, refuerzos estelares que arribaron a principio de año, no ha estado a la altura de las expectativas y de las inversiones que el club hizo en ellos. En el caso del zaguero cartagenero es justificable porque sufrió una grave lesión cuando apenas empezaba a jugar en el semestre pasado. Ahora está tratando retomar el ritmo después de una asombrosa recuperación que evidenció su profesionalismo y compromiso. Sin embargo, mientras se encarrila del todo, el equipo siente sus normales falencias por tanto tiempo de inactividad. Bryan Castrillón jugó un par de partidos bien y pare de contar. Marco Pérez, nada de nada hasta ahora. Yairo Moreno se lució en un partido y luego se lesionó. Colorado y Yani Quintero todavía no despegan. Lerma apenas empezó a jugar (lo hizo bien). El argentino Nicolás Zalazar todavía no recibe la confianza.

Johnny Olivares

5. Dudas en la preparación física

El equipo se ha visto inferior a sus rivales en cuanto a fuerza, despliegue físico y movilidad. Hay jugadores con tanque para solo un tiempo. Muchos caminan la cancha y cumplen una sola de las tareas. Da la impresión que solo Edwin Herrera y Didier Moreno tienen una condición atlética competitiva, van y vuelven todo el partido. ¿Se entrena con la suficiente intensidad? ¿Los jugadores se exigen a fondo, a cabalidad y con profesionalismo durante la semana?... Junior fue de los últimos clubes en reanudar entrenamientos. Se fue de vacaciones el 2 de junio, cuando perdió (2-0) ante un Millonarios eliminado la oportunidad de clasificar a la final de la Liga, y regresó el 26 de junio, cuando todo el plantel se practicó exámenes médicos. Estuvieron descansando más de 15 días hábiles (los que recibe cualquier trabajador colombiano), 18 días para ser exactos, 23 incluyendo domingos y festivos. La Liga comenzó el 18 de julio. La etapa de pretemporada fue de 23 días (sin incluir los descansos). Le hubiesen podido quitar unas fechas a las vacaciones y agregárselas al “tiempo de trabajo” que tanto reclaman los técnicos. Millonarios, que disputó el mismo número de partidos de Junior, reinició el 21 de junio, cinco días antes que los ‘Tiburones’. Habría que ver también si los jugadores pusieron en práctica los programas de entrenamiento personalizados que les asignan para el receso.

Lea aquí: Colombia, con la mira puesta en Perú

6. Decisiones de Arturo Reyes

Desde que se encuentra en Junior, al técnico samario le ha faltado, en algunos casos más que en otros, incentivar una competencia fuerte y justa en el plantel. Confía en demasía en algunos jugadores y los mantiene contra viento y marea, aunque tengan altibajos o desempeños discretos, y brinda escasas oportunidades a otros. Un ejemplo: Carlos Cantillo, canterano destacado que llegó a principio de año del Barranquilla FC, se la pasó sin acción en el primer semestre. Nunca le dio chance en firme. Lo empezó a poner en la titular durante la preparación para la segunda parte del año, el volante mostró condiciones y empezó jugando de titular, pero después lo relegó al banco sin haber jugado mal. Incluso, en Pasto prefirió poner por encima del juvenil a Léider Berrío, un jugador que le ha costado encajar y rendir. ¿Cómo se motiva un suplente si nota que el DT, pase lo que pase, casi siempre escoge a los mismos? En algunos casos Reyes dirá: “Cuando los he puesto no son mejores que los que yo tengo de titular”. ¿Pero los puso el mismo tiempo y en las mismas circunstancias que a sus preferidos? La lucha por un puesto debe ser en igualdad de condiciones, con la misma confianza y exigencia para todos. Que exista meritocracia y se busque regularidad en cada posición. El argentino Nicolás Zalazar no ha jugado un solo minuto a pesar de la falta de ritmo de Rafa Pérez y que Howell Mena no se ha visto muy seguro cuando ha jugado. ¿Está tan mal el argentino en los entrenamientos? Hay que tener activas todas las posibilidades después de la lesión del mejor central, Jermein Peña. Fabián Cantillo optó por regresarse al Unión Magdalena porque sentía que aquí no tendría lugar. Quizá Roberto Hinojoza pensó lo mismo en algún momento. Reyes también se ha equivocado bastante en las sustituciones.

7. Pelota quieta y juego aéreo

Siguen las goteras en el techo. Nada que la defensa impermeabiliza el tejado. Junior sufre con las pelotas aéreas en contra y no aprovecha las que tiene a favor. Se volvió un mal endémico de este equipo, admitido varias veces por su entrenador, recibir goles en los tiros de esquina o en cualquier balonazo que eleva el adversario. Y ofensivamente, aunque se han marcado dos tantos en cobros de córner (Didier Moreno y ‘Tití’ Rodríguez), todavía falta explotar muchísimo más el balón parado. No es un asunto nuevo. Viene desde 2023.