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De niños alguna vez casi todos intentamos subirnos a una tabla o patineta. De hecho, en muchas ciudades como Barranquilla los adolescentes crearon tribus urbanas alrededor del skateboarding que en los Juegos de Tokio que acaban de pasar debutó como deporte olímpico.

La tabla, sinónimo muchas veces de rebeldía, libertad y diversión extrema, el juguete favorito de Bart Simpson, sin duda adquirió un estatus diferente con la decisión de encumbrarlo en la cita deportiva más importante en la historia de la humanidad.

El skateboarding desde sus inicios ha estado ligado a la cultura urbana y era asociado mayormente con el género masculino, pero en la actualidad son muchas las chicas que se destacan sobre las ruedas, como quedó demostrado en Tokio 2020.

Este deporte consiste en realizar maniobras o trucos que incluyen saltos, volteretas y giros en el aire que se realizan en un skatepark, compuesto por rampas, escaleras y barandas.

Valentina Bermúdez estudiante de Negocios Internacionales y deportista, hace siete años es skater, y para ella poder practicar este deporte ha sido un reto al que le ha imprimido mucha disciplina, esfuerzo y dedicación.

'El skateboarding ha marcado mi crecimiento personal, me ha ayudado a ser una persona más constante, más disciplinada y a perseverar. Esto no es un deporte que simplemente lo haces y ya. Hay que tener mucha practica y realizar además otros ejercicios que te ayuden a adquirir más fuerza y resistencia'.