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La pasión por la decoración del hogar y el diseño de mobiliario motivó a Johanna Rodas a emprender. Se animó luego de 14 años trabajando en la empresa familiar y, en 2020, le apostó a abrir su propia boutique de tapicería y decoración de hogar y oficinas. Tenía todo listo para inaugurar su local el primero de abril, pero la pandemia le paró sus planes y tuvo que cerrar al mes de inaugurarse. 

Con la cuarentena y las nuevas medidas tomadas por la Alcaldía, a Johanna no le quedó otra alternativa que cerrar y entregar el negocio. Eso incluyó el pago de la multa por la finalización del contrato. A pesar de este primer portazo, hoy día siente que tomó la mejor decisión pues un proyecto que recién empezaba no iba a sostenerse financieramente bajo esas condiciones económicas y sociales. 

Pero ella no se quedó quieta y gracias al apoyo de su familia trasladó su showroom al garaje de la casa de sus suegros. Tuvo que adecuar el nuevo espacio de trabajo, levantó el techo para tener más espacio y adaptó los muebles que tenía pensado ubicar en el primer almacén. Se trajo gran parte de los materiales y muebles que había instalado en el local y lo demás lo guardó en la bodega de la empresa familiar.

Trabajar en medio de la pandemia ha sido un reto. Johanna invierte parte de su tiempo en dejar los catálogos y muestrarios de telas en las porterías de los edificios o casas de sus clientes, pues algunos temen visitarla para no exponerse al covid. 'Ellos mandan las fotos de sus espacios y las medidas y con esos referentes puedo hacer el diseño y la propuesta'. 

A los que sí se atreven a visitarla trata de agendarlos con varias horas de diferencia para que no se crucen pero, en lo posible, intenta recibir nada más un cliente al día.