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Es oficial. La pareja de la década se divorcia. Tras meses de constantes rumores Kim Kardashian pidió formalmente el divorcio al rapero Kanye West poniendo final así a un matrimonio de seis años entre dos de las estrellas más importantes del siglo.

El impacto de la noticia en Estados Unidos, un país sin realeza, pero propenso a tratar a sus celebridades como si lo fueran, es similar al que tuvo en su día la ruptura entre Brad Pitt y Angelina Jolie con una diferencia: Ellos pertenecían a la élite de Hollywood, mientras que Kim y Kanye eran los reyes de las redes sociales.

Hasta entonces ninguna pareja había estado tan expuesta. El modelo tradicional de rentabilizar una unión entre dos estrellas se basaba en apariciones públicas estudiadas, fotografías robadas por los 'paparazzis' y alguna exclusiva pactada.

Pero Kim Kardashian encontró en Instagram una mina para explotar y compartir directamente sus momentos familiares, ya fuera una de sus primeras cenas románticas, la foto en el espejo del baño mostrando su embarazo o un video tras ser víctima de un robo.