El ingreso a la manzana 6 del Cementerio Central de Sincelejo, cuyo acceso se logra por la puerta derecha del camposanto situado en la zona urbana y céntrica de la capital sucreña está restringido.
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Una medida cautelar que pesa sobre el panteón y que fue ordenada por la justicia para lograr la búsqueda de Julio César Blanco Vides, un nativo de la zona rural de El Carmen, en Bolívar, es la que ha derivado las restricciones que están desde finales de septiembre de 2024 cuando empezó la destrucción de bóvedas para entregar un área despejada a la Fiscalía 80 Especializada del Grupo de Exhumaciones, a cargo de David Cruz Dáger, que es el jefe de la misión de búsqueda.
La orden del Tribunal de Justicia de Bolívar de buscar en un área del Cementerio Central de Sincelejo fue dada en el año 2019 y desde entonces Cleiner Almanza Blanco, una de las hermanas de Julio César, inició otra batalla jurídica para hacerla cumplir.
Tutelas, incidentes de desacato, desinterés de algunas autoridades y hasta la pandemia de la Covid-19 no lograron frenar el anhelo de esta mujer por encontrar a su hermano y darle cristiana sepultura en un sitio digno, “un lugar donde podamos irle a llevar flores y llorar”.
Pasaron dos administraciones en Sincelejo desde la orden judicial sin que se cumpliera el despeje de la manzana 6 del primer cementerio de la ciudad. Falta de recursos y la no presentación a las licitaciones de personas que pudieran realizar esa labor, fueron algunas de las excusas que desde 2019 tuvo que escuchar Cleiner, hasta que el alcalde Yahir Acuña Cardales desde septiembre de 2024 cumplió con ese despeje (descapotar) que fue la primera de las cuatro fases en las que el fiscal Cruz Dáger consideró, con expertos del CTI del nivel central, se va a desarrollar ese trabajo que ya entró, desde hace una semana, en la etapa de búsqueda y/o recuperación de cuerpos, pero no solo el de Julio César Blanco Vides sino “de todos los que sean de interés forense”, como lo es la misma zona que están interviniendo y que se encuentra asegurada de muchas formas, entre ellas, de las lluvias de abril que no han faltado en Sincelejo.
Para desarrollar esta actividad de prospección y exhumación que está bajo la responsabilidad de la Fiscalía, fueron necesarios dos equipos forenses del nivel central del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) que lo conforman un antropólogo, dos auxiliares de campo, dos fotógrafos, dos topógrafos, y una odontóloga forense.
La misión de trabajo en campo, programada para cumplirse en 11 días, es liderada por el antropólogo. Esta misma misión se va a cumplir durante los dos próximos meses, de tal suerte que en junio la Fiscalía 80 Especializada del Grupo de Exhumaciones dará a conocer a las demás autoridades involucradas en el proceso cuántos cuerpos fueron recuperados y entregados a Medicina Legal para iniciar la plena identificación. Ese es un proceso netamente científico y el tiempo para ello no está plenamente establecido, lo que indica que Cleiner, la artífice de este que por primera vez se produce en Sincelejo, debe seguir esperando la respuesta que tanto anhela.
Ella sabe que aún existe un camino por recorrer, pero lo que destaca es que ya ese camino empezó una ruta y eso aumenta más sus esperanzas por encontrar a ese hermano que desapareció desde el 1° de marzo del año 1.999 cuando salió de la vereda La Reforma, en El Carmen (Bolívar) a encontrarse con su papá para que lo reconociera como su hijo y tramitar de inmediato la cédula de ciudadanía, pero nunca más regresó.
Fue en el año 2017, es decir, tras 18 años de la desaparición de Julio César, cuando Cleiner inició, ante los estamentos del Estado, la búsqueda que aún no cesa.
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En su momento llegó a la Fiscalía a reportar el caso y esta a su vez le preguntó a Medicina Legal por ese cuerpo y fue allí cuando reportaron la “imposibilidad” de dicho hallazgo porque estaba en una fosa en el Cementerio Central de Sincelejo en la que habían construido muchas bóvedas. Pese a la desalentadora respuesta Cleiner no se dio por vencida y por el contrario se empoderó de la causa al punto que ahora cuenta con el respaldo de la Unidad de Víctimas, de la JEP y de la Fundación Nydia Erika Bautista, además de la Fiscalía 80 Especializada que siempre ha estado presta a atender sus requerimientos.
Una luz que se enciende
“En realidad hay que decir que si bien hubo muchas talenqueras y retrocesos y que siempre tuve que acudir al poder jurídico para exigir garantías de derechos y evitar más dolor en la familia, hay avances. Sé que no es para mañana ni pasado mañana, pero hay un avance y eso representa una esperanza y pronto podremos darle cristiana sepultura a mi hermano Julio César”, anotó Cleiner en entrevista con EL HERALDO en el Cementerio Central de Sincelejo donde mira de cerca el proceso que adelanta el personal experto del CTI.
En el inicio de la segunda fase de este proceso estuvieron presentes representantes de la Defensoría del Pueblo y Procuraduría Regional de Sucre como garantes de derechos tanto de Cleiner como de los familiares de las demás personas que están sepultadas en el camposanto y que fueron reubicadas en otras bóvedas que construyó la Alcaldía de Sincelejo y que están debidamente identificadas e inventariadas.
Si bien el área de búsqueda está hoy delimitada, ella no abarca toda la manzana 6, por lo que existe la posibilidad de que más bóvedas puedan ser derribadas para hallar los cadáveres.
Esta medida cautelar que decretó la JEP no permite el acceso a esa zona y tampoco la sepultura en la misma. Con esta situación se han encontrado muchas familias que han tenido entonces que optar por el alquiler en otro sitio mientras la misión finaliza.
“Para mí en lo particular esta intervención no solo representa la búsqueda de mi hermano sino de otras madres, hermanas, abuelas y tías que también llevan años buscando a sus familiares como yo y que ojalá puedan tener tranquilidad y superar una fase del duelo con los resultados que aquí se logren. Ese duelo lo hacemos nosotras mismas en compañía de las fundaciones que nos apoyan y de este Gobierno Nacional que ya tiene una ley para nosotras las buscadoras”, anota Cleiner Almanza.
Amenazas y violaciones
En el camino de la búsqueda de Julio César Blanco Vides su hermana denuncia haber sido víctima de amenazas, intimidaciones, estigmatizaciones y hasta violación sexual, hostigamiento, secuestro, situaciones estas que dieron pie para que en este 2025 fuera incluida en el Registro Nacional de Víctimas de desaparición forzada, que era otra de las batallas que ella libraba.
“La inclusión mía al Registro Único de Víctimas se da también gracias a la Ley 2364 de Mujeres Buscadoras que fue parida por 7 organizaciones, y la anfitriona es la nuestra Nydia Erika Bautista. No fue un proceso fácil, pero lo logramos”, anota Cleiner que siempre lleva consigo un paquete de fotografías de los desaparecidos que busca y que son exhibidas en los espacios que ella considera y el Cementerio Central de Sincelejo, en su entrada y en la zona de prospección, no han sido la excepción.

La Fiscalía lleva ocho años al frente de este caso
El caso de la desaparición de Julio César Blanco Vides llegó a la Fiscalía General de la Nación en el año 2017 cuando su hermana Cleiner lo denunció de manera formal.
Desde ese momento la Fiscalía 80 Especializada del Grupo de Exhumaciones a cargo del fiscal David Cruz Dáger inició la investigación que le permitió establecer que en el Cementerio Central de la ciudad de Sincelejo podía estar, por lo que inició los trámites para hallarlo, pero se encontró con que el área descita estaba ocupada con bóvedas de cemento, por lo que reportó la novedad dejando claro que para realizar dicho trabajo debía tener una zona despejada, la misma que el Tribunal de Bolívar ordenó entregar desde el año 2019 y que solo a partir de septiembre de 2024 empezó a realizarse, y solo hasta principios de este 2025 la recibieron formalmente y es la que estarán interviniendo hasta junio, inicialmente.
