El magnicidio de Miguel Uribe Turbay, precandidato del Centro Democrático, fue la gota que rebosó el vaso de Mauricio Gómez Amín. El senador liberal, uno de los mayores opositores del Gobierno en el Congreso, decidió oficializar en las últimas semanas su aspiración presidencial a la Casa de Nariño en 2026. Sus líneas rojas: el progresismo.
¿Qué lo motivó a lanzarse a la carrera presidencial?
Yo venía pensando muy bien esta decisión, pero realmente lo que me llevó a tomarla fue el magnicidio de mi compañero, de mi amigo, de mi hermano Miguel Uribe. 39 años tenía, yo tengo 43. Atentaron contra mi generación. Atentaron contra un joven político que no hacía nada distinto a pensar diferente al gobierno de Petro, a llevar esas ideas, esas denuncias a la calle y cualquier sábado en un estrato cuatro en Bogotá le quitaron la vida, le quitaron la posibilidad de ser papá, de seguir creciendo en la política, de ser esposo, de vivir en paz en nuestro país. Eso me marcó, yo creo que marcó mi vida en dos y me motivó a no dejar que nadie ni nada calle nuestra generación.
Por eso tomé la decisión, pero además de eso algunos petristas arrepentidos comenzaron a merodear la sede principal de mi partido, queriendo quedarse con la L para el 26, queriendo quedarse con el liberalismo para las elecciones del 26, y por supuesto la segunda decisión tiene que ver con eso, el blindaje del liberalismo para el 26, no permitir que el petrismo se quede con mi partido. Se lo aseguro: si gano no habrá alianzas con el Pacto Histórico, no habrá alianzas con ningún precandidato o candidato que haya sido parte del gobierno de Petro y no habrá alianzas con la izquierda.
A pesar de las divisiones que hay en el progresismo parece que el Pacto Histórico está más organizado que la oposición para el 2026, ¿lo ve así?
Hay que prender alarmas porque la izquierda encontró a un candidato que los une, que es Iván Cepeda. Ya usted ve a un Gustavo Bolívar que tenía un 17 % en las encuestas o a una María José Pizarro, que es la hija consentida de Petro, declinando para irse con un solo candidato que, así no me guste, representa la coherencia política en la izquierda. Yo reconozco en Iván Cepede un político de izquierda de toda la vida. No es un aparecido en la izquierda como Roy, como Daniel Quintero, que hoy son de izquierda, pero ayer eran de derecha y entonces decidieron estar en la izquierda porque les conviene. Yo creo que eso que está pasando en la izquierda le falta a la centro-derecha, que es una metodología, es una forma de encontrar a alguien que conecte. Yo creo que estamos a tiempo, yo creo que la fecha clave es diciembre para que esa persona conecte con la ciudadanía. A partir de ese momento será responsabilidad de cada precandidato, de cada partido político, despojarse de todo y rodear a esa persona. Creo que es muy temprano para decir si es A, B o C. Yo creo que cada quien está en lo que está recogiendo firmas, en sus partidos, en los paneles, en las calles, en los municipios. Pero llegará el momento en el que hay que rodear a esa persona, comenzar una hoja de ruta clara, un plan de gobierno, unas propuestas claras sobre vivienda, sobre educación, sobre seguridad, sobre salud, que es lo que le interesa a la gente hoy.
¿Cómo tomó en su momento los ataques del presidente Gustavo Petro contra la bancada del Atlántico?
Mire, si los ataques fueran contra mí yo los paso y ya. Yo lo veo como un tema político, pero ojalá fuera contra mí, es contra la región Caribe. El presidente Petro decidió vengarse, y atacar sin clemencia a la región Caribe estos 3 años. Es una región que votó por él. Y decidió no solamente recortarnos el presupuesto permanentemente año tras año, sino, por ejemplo, quitarnos los Juegos Panamericanos de las manos. Él simplemente porque no quiere al alcalde Char, porque no le cae bien Dumek Turbay, porque no le cae bien Carlos Pinedo, porque no son afines a sus partidos o a su ideología, decidió arrancarnos de las manos unos juegos que les llevaban empleo, riqueza, trabajo informal y formal a los barranquilleros, a los samarios, a los cartageneros, a los sincelajanos, a los guajiros. Pero además de quitarnos esos juegos decidió jugar a no solamente ponernos todas las tributarias del del mundo, sino a ponernos una valorización injusta en una vía inconclusa que es la vía Barranquilla Cartagena. Pero además de eso, no ha inaugurado la primera obra en la Costa Caribe en estos últimos 3 años. Además de eso intervino Air-e y le quedó grande y lo que vimos es un ministro de Minas haciendo negocios con su primo, el contador de Air-e. Entonces el legado de Petro en la región Caribe es muy pobre.
¿En su gabinete ministerial caben los nombres de Laura Sarabia, Susana Muhamad, Luis Gilberto Murillo y Roy Barreras?
Cero. Ya tuvieron su oportunidad de servirle a Colombia y no lo hicieron bien, entre esos Murillo que fue benevolente con la narcodictadura de Maduro. Se quedó callado y él es un hombre educado en Washington, que entiende los principios democráticos, dejó que las cosas pasaran y no dijo nada y cuando lo quiso decir ya era muy tarde. Laura Sarabia, que me la encontré hace poco en un aeropuerto, tiene cara de arrepentida. Está más sola que nunca, la vi así, pero también fue complaciente con el presidente Petro y por supuesto fue cómplice y artífice de muchas de las cosas que están sufriendo hoy los colombianos. Yo creo que hay que gobernar con gente buena, preparada, gente probada y yo estaría dispuesto a recibir a mucha gente que quiera hacer las cosas bien estos próximos 4 años. Hay que hacer mucho, van a ser 4 años dificilísimos, la economía del país reventada al máximo.
¿Cómo se lleva con los candidatos de centro-derecha?
Yo tengo acercamiento con todos. Soy amigo de todos los candidatos de centro derecha, desde Sergio Fajardo hasta María Fernanda Cabal, hasta Miguel Uribe Londoño y Vicky Dávila. Hablo mucho con ella, con Abelardo tengo una relación excelente y creo que al final tenemos que sentarnos todos en una misma mesa. Por encima de las diferencias que podamos tener, por encima de los partidos, de los egos.