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Ya no causa sorpresa todo lo que hace Gustavo Petro contra Barranquilla. Del presidente de la República la ciudad no puede esperar nada bueno. Todo lo que Petro hace o dice sobre Barranquilla viene cargado de mala fe, odio y desprecio. Nunca antes en su historia republicana la capital del Atlántico había sido objeto de un ataque despiadado y sistemático por parte de quien ocupa transitoriamente la Casa de Nariño. Petro está ensañado contra Barranquilla, no hay nada que hacer.

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El episodio más reciente -que seguramente no será el último, puesto que por desgracia para la ciudad a Petro todavía le faltan varios meses en el poder- es la decisión que tomó de quitarle a Barranquilla la sede del Foro Global sobre Migración y Desarrollo (FMMD), que debía realizarse entre el 11 y el 13 de junio.

Petro decidió a última hora y sin previo aviso ordenar el traslado del evento -que tendría una asistencia de 2.000 personas, entre ellas 16 cancilleres- a Riohacha, La Guajira. A manera de explicación, el vicecanciller Mauricio Jaramillo Jassir, declaró en entrevista a Blu Radio que el gobierno busca “descentralizar la política exterior” y reconoció que se trató de una “decisión política” tomada por Petro.

La decisión de Petro obliga a Riohacha a instalar en menos de dos meses y a las volandas un evento internacional para el que Barranquilla se venía preparando hace más de un año, cuando la propia Cancillería colombiana había “felicitado” a La Arenosa por el logro de ser anfitriona del FMMD. Es decir, Petro desautorizó a su propio ministerio de Relaciones Exteriores. No es cierto lo que afirmó el vicecanciller Jaramillo, en el sentido de que lo que había era una “expectativa” de ser sede del evento. Tampoco es cierto que se trataba de una “posibilidad que se había contemplado”.

Hace un año la Cancillería informó de manera oficial a Barranquilla que sería sede del Foro Global de Migración y Desarrollo. Desde entonces vienen trabajando de forma incansable la administración distrital y las distintas organizaciones migratorias establecidas en la ciudad para garantizar el éxito del foro internacional. Barranquilla es una de las ciudades del país que más recibe migrantes, no solo por su ubicación geoestratégica en América Latina, sino también por el espíritu incluyente y abierto de sus habitantes. Barranquilla es grande gracias a miles de familias migrantes que llegaron a la ciudad, echaron raíces y construyeron empresas. El evento serviría también para que la ciudad retribuyera a esa población migrante todo lo que ella le ha dado en términos de armonía social y desarrollo. Todo eso se frustró por cuenta de la “tirria” de Petro contra Barranquilla.

De manera que el collar de desprecio de Petro contra Barranquilla no para de crecer. Desde que le quitó a la ciudad la posibilidad de ser sede de los Juegos Panamericanos hasta el traslado del Foro Mundial de Migración y Desarrollo, pasando por la Serie de Béisbol del Caribe y la Fórmula 1, entre otros, Petro no para de despojar a Barranquilla de grandes eventos, que generarían miles de empleos y miles de millones de pesos en ingresos.

¿Qué hacer ante la evidente hostilidad de Petro contra Barranquilla? ¿A qué se debe la inquina de Petro contra la ciudad?

Petro lucha contra la corrupción rodeado de corruptos

Petro no ha querido –ni podido– entender que Barranquilla es mucho más que una clase política a la que detesta y le tiene bronca. Barranquilla es su gente alegre y trabajadora. Las cuentas de cobro que Petro le pasa a sus rivales políticos las pagan cientos de miles de barranquilleros y barranquilleras de estratos bajos, que son quienes -gracias al “rebusque”- logran unos buenos ingresos para llevar a sus casas. Cada evento que Barranquilla realiza no solo beneficia al sector formal de la economía, sino -sobre todo- al informal. ¡No son los ricos los que pierden cada vez que Petro atenta contra la ciudad! Son los más pobres los que pagan las consecuencias de su odio a la clase dirigente.

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Pero, además, Petro habla de una “clase política corrupta” de la ciudad y esa generalización no le ayuda, si en realidad quiere luchar contra la corrupción. Solo tiene que mirar a su alrededor para darse cuenta que la “clase política corrupta” a la que se refiere está más cerca de lo que cree. El discurso de Petro contra la corrupción -en lo que tiene que ver con Barranquilla- es chimbo. ¿A quiénes les está entregando el gobierno nacional los multimillonarios contratos de energía? ¿Esos “amigos financiadores” no hacen parte de la “clase política corrupta” de la ciudad? ¿Ellos sí gozan de “inmunidad presidencial”, como alardean en los corrillos de la ciudad? Punto.

¿Cuál es la vaina de Petro contra Barranquilla?

El costo de las decisiones apresuradas y viscerales de Petro es muy alto. No solo en términos económicos, sino también de credibilidad del país ante la comunidad internacional. Pasó con los Juegos Panamericanos y pasa ahora con el foro internacional, que fue cancelado en Barranquilla. El Foro Global de Migración y Desarrollo no es un “torneo Intercolegial”, ni una “recocha” entre amigos del barrio, como para que se pueda desmontar y reorganizar de la noche a la mañana. Su realización requiere muchos meses de planificación y grandes esfuerzos logísticos y de infraestructura.

Pero Petro –que desprecia la planificación y es un improvisador nato– cree que despojar a Barranquilla del evento y dárselo a Riohacha no tiene ningún tipo de consecuencias. Conseguir la sede de los Juegos Panamericanos -por ejemplo- le costó a Barranquilla muchos años de dedicación y esfuerzos, no solo de las administraciones distritales, sino también de los gobiernos nacionales. Fue un trabajo mancomunado y armonioso que Petro echó por la borda por cuenta de su odio a Barranquilla.

Barranquilla es y seguirá siendo una excelente anfitriona

Al conocer del despojo por parte de Petro de la sede del FMMD, el alcalde de Barranquilla, Alejandro Char, afirmó: “Es triste, pero habrá más congresos”. Y tiene toda la razón: Barranquilla seguirá siendo sede de grandes eventos internacionales y nacionales, quiéralo o no Petro. Punto. De hecho, el alcalde Char habló en la clausura del Congreso de Naturgas, uno de los acontecimientos gremiales más importantes del país. Es el segundo año consecutivo que Barranquilla es sede de dicho congreso. Todas las semanas la ciudad recibe miles de visitantes, quienes asisten a diferentes encuentros, congresos y foros gremiales.

Es una lástima -eso si- que la ciudad no tenga como aliado al gobierno nacional, a diferencia de lo que sucedía en gobiernos anteriores. Mientras desde Bogotá se defina la suerte de las regiones, seguiremos padeciendo la “rasquiñita” que les producen a algunos presidentes los logros y éxitos de la ciudad. Por lo pronto, se tendrán que seguir mordiendo el codo.

Riohacha tiene todo el derecho a hacer grandes eventos internacionales

Por supuesto que Riohacha merece hacer grandes eventos internacionales. La queja barranquillera no es contra Riohacha, como pretenden plantearla los amigos del gobierno nacional, tratando de pescar en río revuelto. Es lo que el centralismo siempre ha hecho: ponernos a pelear entre nosotros para así poder seguir reinando.

Riohacha tiene todo el derecho a ser sede del Foro Global de Migración y Desarrollo. La crítica tiene que ver es con la improvisación que acompaña el anuncio de Petro. En menos de dos meses no hay forma de que Riohacha organice el evento. No cuenta con la logística hotelera, ni el personal, ni la infraestructura aeroportuaria para ello. Si desde un comienzo -es decir hace más de un año- Petro designa a Riohacha como sede, muy seguramente en estos momentos la ciudad estaría lista para recibir los 2.000 visitantes y celebrar el evento con todas las de la ley.

Así es como obra un gobierno responsable. Escuchar a la ministra de Comercio Exterior encargada, Cielo Rusinque, da grima y vergüenza: “Vamos a ver cómo podemos ayudar para que todo salga bien…”. ¡Por Dios! Es una burla y un irrespeto no solo a Barranquilla, sino a la propia Riohacha.