Tras el polémico primer consejo de ministros televisado el pasado martes, desde ya se hacen cábalas sobre lo que podría ocurrir con el gabinete ante la exposición de las fisuras que ha generado la llegada del controvertido Armando Benedetti a la jefatura de gabinete o despacho y el ascenso de Laura Sarabia, también cuestionada, a canciller.
Lo primero es que quedan en suspenso las eventuales renuncias al Gobierno de la ministra de Ambiente, Susana Muhammad; el director de Prosperidad Social, Gustavo Bolívar y el director de Planeación Nacional, Alexánder López. Estos tres, junto con la vicepresidenta Francia Márquez, fueron los más críticos con la presencia de Benedetti y Sarabia en altas esferas del Ejecutivo. SIn embargo, por ahora se ha confirmado la renuncia de Jorge Rojas, recientemente posesionado como director del Dapre.
Y es que, además, la transmisión televisada de este consejo de ministros en la antesala electoral también pone en tela de juicio de si se está usando el Gobierno como plataforma hacia los comicios para los personajes cercanos al presidente Gustavo Petro.
No obstante, ante la andanada de cuestionamientos que suscitó la publicidad del consejo de ministros, que puede que haya dejado en la ciudadanía la impresión de que se trata de un Gobierno caótico, resquebrajado, que discute más que ejecuta, se puede dar al traste precisamente con las aspiraciones electorales de los alfiles de Petro.
Por otro lado, puede ocurrir lo contrario: que el consejo de ministros público se acoja como un ejercicio de transparencia gubernamental, que ganen visibilidad los eventuales candidatos del progresismo y que se deje en la opinión pública la idea de que el mandatario, pese a la imagen que tiene de autoritario, también acepta cuestionamientos al interior del gabinete.
También habrá que ver si este ‘reality’ o ‘show’, como fue catalogado por la mayoría de sectores políticos y de opinión del país, se repite o si finalmente se cae por su propio peso ante, además, las demandas que se anuncian por temas como el secreto que debe haber en un consejo de ministros o la revelación por parte del mandatario de temas de seguridad estatal relacionados con la ubicación de bases del ELN y la interacción al respecto del jefe de Estado con los comandantes del Ejército Nacional.