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La democracia colombiana ha resistido todos los embates, aún los más cruentos, como la toma del Palacio de Justicia a sangre y fuego por parte del M-19 en noviembre de 1985. En esa oportunidad el nefando propósito del grupo guerrillero era el de 'someter a juicio' al entonces presidente Belisario Betancur para producir su derrocamiento, después de su 'juzgamiento'.