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De todas las controvertidas y controversiales iniciativas propuestas por el gobierno de Gustavo Petro para ser aprobadas por el Congreso ninguna tan nociva y perversa como la reforma política. Ese proyecto –que por increíble que parezca ya ha sido aprobado en cuatro de los ocho debates que necesita para ser ley de la república– atenta en forma grave contra nuestro frágil sistema democrático. Se trata de un proyecto mezquino, politiquero y elaborado con una mala fe que asombra. Ante la gravedad de la situación, bien vale la pena preguntarse si el presidente Petro –que llegó a la Casa de Nariño con la promesa de cambiar las costumbres políticas– respalda esta iniciativa. ¿Este adefesio antidemocrático tiene su visto bueno, señor presidente?