La respuesta a la generosa oferta del gobierno de Gustavo Petro de negociar una 'paz total' con todas las organizaciones armadas ilegales que delinquen en el país no pudo ser más demencial y cruenta: un ataque con explosivos y ráfagas de fusil que acabó con la vida de siete agentes de la Policía Nacional, quienes se dirigían en una camioneta de la institución entre Neiva y el corregimiento de San Luis, departamento del Huila.
Los informes preliminares de las autoridades indican que el acto de terror habría sido cometido por integrantes del frente ‘Ismael Ruiz’ en alianza con la columna móvil ‘Dagoberto Ramos’, quienes hacen parte de las llamadas disidencias de las Farc. Ambos grupos criminales actúan en los departamentos de Tolima, Huila y Cauca.
Según testimonios de campesinos residentes en el sector, los terroristas activaron un campo minado en momentos en que el vehículo transitaba por la vereda Corozal y luego remataron a las víctimas con ráfagas de fusil.
De acuerdo con informes de inteligencia, el atentado tendría como motivación la consolidación de un 'corredor estratégico', que les permita a las organizaciones criminales poder movilizar sin ningún obstáculo la droga que se cultiva y procesa en el norte del Cauca hacia distintos lugares del país.