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El planteamiento de la 'paz total' del presidente electo, Gustavo Petro, poco a poco ha ido tomando forma. En las últimas semanas, los distintos miembros designados de su gabinete han dejado entrever que este escenario tiene como pilar el diálogo social y nacional en medio de unas 'transformaciones' que le permitirán a Colombia dirigirse hacia una convivencia pacífica y sin armas.

Es por ello que este aspecto ocupa un lugar prioritario en la agenda del presidente electo que, desde antes de asumir, ha conseguido los primeros avances en ambos propósitos. Petro ha centrado una apuesta por retomar las negociaciones de paz con la guerrilla del Eln suspendidas desde mediados de 2018.

'Indudablemente el tema de la paz de Colombia es un tema neurálgico para todo el continente y apunta hacia problemas complejos como el narcotráfico, que también se ha vuelto un problema multinacional con una gran descarga de violencia en el continente', manifestó Petro la semana pasada durante una reunión que tuvo con embajadores de América Latina y del Caribe en la residencia del embajador de Chile en Bogotá, Ricardo Hernández, donde el presidente electo trató esas prioridades.

Precisamente este punto, el de entablar diálogos con el Eln, ha sido un tema central de todos los gobiernos en los últimos veinte o treinta años en el país al que también se le han sumado negociaciones con grupos armados irregulares y sucesores del paramilitarismo.