Una especie de ‘pacto de Benidorm’, como se le conoció al acuerdo del Frente Nacional, se fraguó en la conformación del escenario político nacional, tras las elecciones del 27 de octubre. Con este, en 1956, se fijó un gobierno de coalición (entre dos partidos, dejando por fuera facciones de estos) con la distribución de los ministerios y la burocracia del poder público, así como la repartición igualitaria de las curules parlamentarias.
Hoy, 63 años después, el país no necesitó de una guerra partidista ni fue la violencia política(como en el Frente Nacional) la razón que motivó a los ‘caciques’ políticos a distribuirse el poder y consolidar, así, coaliciones en 23 de los 32 departamentos, 6 de las alcaldías capitales y en 7 de los municipios del Atlántico.
No obstante, la expansión de los ‘tentáculos’ del poder nacional al local no fijó un pacto burocrático. Por el contrario, los protagonistas de estas coaliciones se refieren a la construcción de un acuerdo programático en aras de defender la democracia, que en últimas, según expertos, quedó un poco debilitada con las uniones de partidos que decidieron quitarse el ‘saco’ forzoso de la ideología radical.
Por ello, los resultados de las elecciones regionales dejaron ‘matrimonios’ de colectividades ideológicamente opuestas como el caso de la Alcaldía de Pereira, en la que los partidos Liberal y Conservador se unieron.
Pero más allá de la poca o mucha fortaleza ideológica de los partidos, hay una pregunta que ‘retumba’ en el aire desde que se empezaron a consolidar estos pactos interpartidistas: '¿Quién manda aquí?'
EL HERALDO habló con la gobernadora electa del Atlántico y algunos de los alcaldes electos por una coalición, quienes ubicaron el ‘cetro’ del poder local en las manos de quienes consideran que son los que mandarán en estos municipios.
De Benidorm a Giardino. El 24 de julio de 1956, el liberal Alberto Lleras Camargo y el conservador Laureano Gómez firmaron en la ciudad de Benidorm, en España, un pacto conocido como el Frente Nacional, con el fin de atajar la violencia política.
Con el ‘pacto de Benidorm’, como también se le llamó, se forjó el primer gran acuerdo en la historia reciente del país para gobernar.
En las elecciones 2019, las del 27 de octubre, una de las coaliciones en el Atlántico que tuvo un gran impacto, incluso a nivel nacional, fue la que avaló la candidatura de la hoy gobernadora electa Elsa Noguera De la Espriella.
La exalcaldesa de Barranquilla y exministra de Vivienda es militante del partido Cambio Radical. En las presidenciales 2010, fue la fórmula a la Vicepresidencia del entonces candidato de la colectividad ‘rojiazul’, Germán Vargas Lleras.
De Benidorm, pasando por muchas otras coaliciones en el país, se pasó a Barranquilla cuando el pasado 10 de mayo se concretó una importante reunión que dio un ‘giro’ en la política nacional. En esta estuvieron reunidos el presidente del Partido Liberal, César Gaviria, con Fuad Char Abdala, el líder de Cambio Radical en el Atlántico, junto con su hijo Arturo Char, en el apartamento del senador Mauricio Gómez Amín, ubicado en un edificio del norte de la ciudad llamado Giardino.
Ese viernes, desde las 12:30 de la tarde, un almuerzo árabe fue testigo del ‘pacto de Giardino’ en el que dos ‘pesos pesados’ consolidaron la unión de las colectividades que reresentan, pese a que tres precandidatos liberales asomaban sus cabezas para conseguir el aval para la Gobernación del Atlántico, la cual por tres años consecutivos había estado en poder del partido Liberal.
Aunque aún faltaba la aprobación del presidente de Cambio Radical. Fue así, como después en Bogotá, Vargas Lleras sotuvo un encuentro con Fuad yArturo Char y con Elsa Noguera, a quien ratificaron como la candidata de ambos partidos y quien conformaría después la coalición La Clave es la Gente.
Durante la campaña, se adherió el Partido Conservador. El expresidente Andrés Pastrana convocó una reunión en el Club ABC y ahí le entregaron el coaval a Noguera.
Meses después, el expresidente Álvaro Uribe Vélez viajó a Barranquilla y durante una reunión con sus candidatos políticos en el hotel Barranquilla Plaza le hizo entrega del coaval del Centro Democrático. Así como el Partido de la U también se unió después.
Pero...¿Quién mandará en el Atlántico? La gobernadora electa del Atlántico dejó por sentado que será ella quien mantendrá la ‘batuta’.
'Con esta misma coalición me elegí como Alcaldesa de Barranquilla hace 4 años y todos fueron testigos que la única que mandó fue la alcaldesa, atendiendo siempre el mandato de la gente'.
'Aquí manda el pueblo'. En el Atlántico, en 7 de los 23 municipios se dieron coaliciones.
En Baranoa, Roberto Celedón ganó por Juntos por Baranoa (integrada por Cambio Radical, el Partido de la U y Liberal).
En Ponedera, Diana Martínez se inscribió con la coalición Más esperanza, mejor futuro (integrada por Cambio Radical y el Partido Liberal).
Y Todos Juntos por Juan de Acosta fue la coalición (integrada por Cambio Radical y liberales) por la que se inscribió Carlos Higgins, resultando ganador.
—¿Quién manda aquí? —le preguntó este medio a los tres alcaldes electos.
La alcaldesa electa de Ponedera contestó con una carcajada y remató: 'Pues, yo, Diana Martínez'.
Pero, después, en un tono más serio, precisó: 'La administración está en mis manos. Pero si me preguntan qué partido va a asumir las ‘riendas’, pienso que será Cambio Radical'.
Diana Martínez es militante del partido ‘rojiazul’ y aunque resaltó el aval del Partido Liberal como un apoyo clave en su candidatura y dijo que la idea de una coalición fue pensada para que 'toda la comunidad' se sintiera participe, puso de presente que 'siempre va a existir el privilegio hacia Cambio Radical' por ser el partido que le dio el aval 'en primera instancia'.
Pero otra percepción tiene el alcalde electo de Juan de Acosta de las coaliciones.
—Allá no manda nadie. Allá quién manda es el pueblo.
Aunque instantes después, se incluyó: 'El poder está en cabeza del alcalde, pero la voz final es la del pueblo'.
Por su parte, Roberto Celedón contestó sin ningún misterio: 'El alcalde es quien manda en Baranoa, es la primera autoridad elegida' en el municipio.
Pero añadió de inmediato, que si habría que referise a las colectividades en concreto, esa ‘puja’ por el poder partidista en Baranoa se definiría así: 'La lista de Cambio Radical en el Concejo fue la más votada, o sea, el 50% de los votos que yo saqué. En segundo lugar, el partido liberal con 7.800 votos y tercer lugar la U, con 4.800 votos. El peso electoral, realmente, lo da los resultados de los aspirantes a esta corporación'.
La pregunta a la que varios le huyen por no tener que explicar cómo será la repartición del poder conlleva a un escenario jurídico que legitima o no el acuerdo entre los partidos.
Aunque de los mandatarios electos consultados, la gran mayoría quiso apartar los acuerdos programaticos de la definición de su equipo de gobierno, Celedón contestó, aludiendo a una lógica que la ciudadanía suele percibir.
'Nosotros partimos del hecho que uno comparte el poder con quienes lo hacen posible. Si estos amigos nos apoyaron a conquistar la voluntad del pueblo, lo lógico es que trabajemos con ellos y los hagamos partícipes de materializar los proyectos' que se pactaron en el acuerdo de coalición.
¿Es ilegal, entonces, que gobernantes se repartan ‘la torta’ de poder cuando han sido apoyados por varias fuerzas políticas a la vez?
El abogado experto en derecho electoral Alberto Peña indicó que en el caso de los cargos uninominales es complejo determinar quién va a gobernar cuando se dan los pactos de coalición. 'A partir de cuando ellos se posesionen les prohíben participar en política. No le pueden dar más apoyo a ninguna de las líneas políticas y por eso se hace un acuerdo programático para que quede fijado, no como tal la participación en gobierno, sino el programa o propuestas en el desarrollo del Plan de Gobierno', explicó.
Sin embargo, aclaró que 'no es nada ilegal que un mandatario comparta la representación política con quienes lo apoyaron'.
Aunque, así mimo, Peña añadió que en el perfeccionamiento de la democracia y de la moralización de la actividad pública se espera que tengan en cuenta personas técnicas que tengan la actitud y las capacidades para el cargo.