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La incertidumbre ronda por los lados del Palacio de La Aduana luego de que el alcalde (e) Sergio Londoño Zurek decidiera comenzar a marcar la distancia de su homólogo Manuel Vicente Duque solicitando la renuncia protocolaria a los secretarios del despacho.

El mandatario ha sido claro que su gobierno, que tiene previsto se extenderá por el tiempo que permanezca suspendido Duque Vázquez por parte de la Procuraduría, se sustentará en la autoridad, la austeridad y el orden. Para los cartageneros el discurso de Zurek Londoño ha dado un giro de 180 grados y ya comenzó a mostrar los dientes.

La primera vez que llegó a la ciudad designado manifestó durante los 20 días que permaneció en el despacho que era necesario apoyar y rodear al mandatario Duque Vásquez y a la ciudad. El primer anuncio categórico lo hizo el pasado lunes en el consejo de gobierno donde tomó por sorpresa a todos los secretarios del gabinete.

Ayer el trabajo se concentró en la seguridad de la ciudad donde tendrá que asumir serios retos; entre ellos, la firma del decreto que prohibirá el parrillero hombre en varios sectores de la zona suroccidental. Ante esta situación, los mototaxistas anunciaron que adelantaran una marcha protestando con sus familias por las principales vías de la ciudad siendo el monumento a los Zapatos Viejos el punto de concentración.

Londoño Zurek es claro que una situación como esta hace pensar que la ciudad está sumida en un desorden histórico. Los problemas que vive Cartagena, aclara, no son necesariamente de esta administración. El trabajo de Londoño Zurek se concentrará en varios aspectos fundamentales.

Ellos tienen que ver con el proyecto de la protección costera de Tierrabomba; las construcciones ilegales; servicios turísticos irregulares; un Plan de Ordenamiento Territorial vencido desde hace 16 años; la educación con indicadores muy bajos; la percepción de inseguridad disparada y, al interior de la administración, situaciones que tienen que ver con órdenes de prestación de servicios.