El resultado fue inesperado para el CD
Pasada la tempestad, léase conocido el resultado del plebiscito, viene la calma. Con ella los análisis, algunos fríos, otros aún apasionados, que pretenden dar explicación de lo sucedido y de lo que vendrá. Para ello, nada mejor que aproximar una lectura de las declaraciones hechas, pocas horas después de conocerse el resultado final del plebiscito, por el expresidente y senador Álvaro Uribe Vélez, quien desde el inicio de los diálogos, incluso a los que no se tuvo acceso, se mostró en abierta contradicción. Y se erigió como el máximo promotor del No. Algunos apartes de su corto discurso, dadas las circunstancias, nos servirán para el efecto.
¿Por qué fue tan corto el mensaje? ¿Por qué no lo hizo inmediatamente después de conocido el resultado? De poder hacerse, ¿qué rescatar, para el proceso, de su declaración? Sea lo primero detenernos en las declaraciones que desde La Habana, Rodrigo Londoño pronunciará con antelación: '… las Farc-EP, mantienen su voluntad de paz y reiteran su disposición de usar solamente la palabra como arma de construcción hacia el futuro'. Señalo esto pues considero que las declaraciones de Londoño, junto con las del mismo Santos, fueron las que motivaron, en alguna medida, el contenido de su discurso. En segundo lugar, señalar que la brevedad del mensaje -apenas 601 palabras organizadas en diez párrafos- obedece, principalmente, a la inexistencia de un ‘plan B’. No había tal plan, porque el resultado observado era inesperado. Como lo fue también para los promotores del SI.
Leamos algunos apartes de su intervención:
'… Compatriotas, el sentimiento de los colombianos que votaron por el Sí, de quienes se abstuvieron y los sentimientos y razones de los que votamos por el No tienen un elemento común, todos queremos la paz, ninguno quiere la violencia…' Puede interpretarse lo anterior como un desmarque de aquellos que colocan al Centro Democrático como el partido que prefiere las armas a las urnas y las balas a los votos. Del mismo modo, es un sí a la paz y un no rotundo al contenido de los acuerdos.
El apartado del discurso que hace referencia a que no haya violencia, y la mención al gran pacto nacional, es una respuesta a la declaración de Rodrigo Londoño, quien antes, desde La Habana, había manifestado la decisión y voluntad de las Farc-EP de no utilizar un arma distinta a la palabra como medio para la finalización del conflicto. Es, del mismo modo, un mensaje, al mensaje del presidente Santos, que señala que la decisión de mantener el cese bilateral al fuego se mantendrá. Y, es también una respuesta a la invitación que hacen el presidente Santos y Rodrigo Londoño a todas las fuerzas políticas del país para que se escuchen y abran espacios que contribuyan a esclarecer el enrarecido escenario ‘posplebiscito’. No esperado por nadie.
Ratifica lo anterior con otro apartado de su discurso cuando señala que: '…Pedimos una reflexión a la comunidad internacional, queremos contribuir a un acuerdo nacional, que nos escuchen las razones, sabemos que nuestros compatriotas del Sí al recibir el mensaje de nuestra buena voluntad, nos escucharán y los escucharemos, pedimos lo mismo al Gobierno, a los negociadores y la comunidad internacional…'
En su intervención, el senador Uribe hace alusión directa a la inconformidad con el contenido de los acuerdos. En particular a los temas relacionados con la justicia especial para la paz y la participación política. Sin que sean los únicos peros que el Centro Democrático colocó al acuerdo final.
Finalmente, cabe resaltar el mensaje que dirige a la comunidad internacional y a los inversores cuando habla de las dificultades económicas por las que atraviesa el país. Señala el senador Uribe que en materia económica es difícil imaginar una situación peor a la actual. Que la inversión está en riesgo no por la existencia del conflicto sino por el alto endeudamiento público. Que la reforma tributaria estructural no se haría para financiar el costo del posconflicto sino por el agotamiento de las finanzas públicas del Estado. Es un mensaje directo al Gobierno y al Congreso, del cual él hace parte, para que con o sin conflicto se tomen decisiones que den confianza al inversionista nacional o internacional cuando señala: '... Pedimos encarecidamente al Gobierno y al Congreso decisiones de severa austeridad y promoción efectiva de la confianza privada para garantizar el compromiso con la inversión social…'.
Arrancó recordando que es el Presidente
El presidente inició su intervención recordando que es el Jefe de Estado y como tal, 'garante de la estabilidad de la nación'. Esta introducción refleja un interés inicial del ejecutivo en reiterar que pese a la cuestionada legitimidad del acuerdo de paz que supone la victoria del No, sigue siendo el líder de la nación.
Seguidamente, al mencionar que garantizará la estabilidad, centra su interés en la seguridad, que es un componente clave del clima emocional ante esta coyuntura. En este mismo sentido, asegura que 'el cese al fuego bilateral y definitivo sigue vigente', afirmación que desvela la idea que el gobierno y las Farc mantienen la voluntad política de buscar rutas hacia la paz, y a su vez, deja la sensación de hablar a nombre de las dos partes.
Posteriormente, desde un marcado corte constructivista, introduce temas vinculados a la búsqueda de la paz, como la escucha de las personas que votaron por el sí y los que votaron por el no. Asegurando que todos sin excepción quieren la paz; sin embargo, no mencionó explícitamente aquellos que no votaron, cuyo porcentaje es considerable.
Finalmente, el presidente cierra su discurso afirmando que no se rendirá porque 'ese es el camino para dejarle un mejor país a nuestros hijos', de este modo, proyecta una imagen altruista y reitera que es el líder del proceso paz.
Algunos temas a resaltar como subyacentes en el discurso del presidente, son: primero, que la necesidad de recordar que es el jefe de Estado evidencia que el resultado del plebiscito descentra el acuerdo de paz del Gobierno. Ello implica que el gobierno entabla un pulso político con sectores y actores políticos que antes no estaban incluidos en el proceso de paz.
El segundo tema a destacar es que ante la incertidumbre que se experimenta como resultado del plebiscito, el Presidente evita un lenguaje polarizante y mantiene un tono moderado. Aunque a excepción de la seguridad, no hizo mención a otros aspectos que pueden contribuir a una atmósfera emocional positiva, como la confianza institucional.
El tercer tema a reflexionar en este nuevo escenario es la delimitación de actores a incluir en la búsqueda de la paz con las Farc, resultaría desacertado no aprovechar la oportunidad para considerar las percepciones de individuos y colectivos que se mantuvieron al margen de la votación para el plebiscito. El papel de las personas no combatientes es fundamental para fomentar salidas constructivas de los conflictos y sin su rol activo, tampoco se puede promover una reconciliación social, que es imprescindible sentar bases de una sostenibilidad pacífica del postconflicto. La reconciliación social va más allá de los tratados con los actores implicados en el conflicto, para trascender a la trasformación de ideas, valores, emociones y actitudes que alimentan el uso de la violencia para afrontar los conflictos que a su vez, son inherentes a la condición humana.