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Mario Vargas Llosa manifiesta haberse sentido, en algún momento, 'tironeado entre el sí y el no', con respecto a la decisión que deben tomar los colombianos el próximo 2 de octubre. Sin embargo, manifestó que, si pudiera acudir a las urnas ese día, respaldaría el plebiscito.

'Si fuera colombiano y pudiera votar, yo también votaría por el sí', dijo el escritor peruano en una columna publicada este sábado por el diario El País de España, titulada ‘El precio de la paz’, donde, además, expuso sus razones por las cuales mostró su inclinación a favor del mecanismo de refrendación de lo acordado entre el Gobierno y las Farc, tras casi cuatro años de negociación.

'Muchas veces me dije en estas últimas semanas: qué suerte no tener que votar en este plebiscito (…)', plasmó el escritor peruano, debido a la incertidumbre que lo embargaba, pero de la cual –dijo– pudo salir al leer el artículo de Héctor Abad Faciolince, ‘Ya no me siento víctima’, publicado el 3 de septiembre en el mismo diario español.

'Yo no lo tenía tan claro antes de leer el artículo de Héctor Abad Faciolince (…), pero las razones de este magnífico escritor que es, también, un ciudadano sensato y cabal, me han convencido', señaló el Nobel.

Llosa recuerda en su escrito lo que Abad Faciolince tuvo que padecer por culpa de la violencia en el país: los paramilitares asesinaron a su padre y su cuñado fue secuestrado en dos ocasiones por las Farc. 'Comprensiblemente, este señor votará no en el plebiscito', pero aun con las crueldades que tuvo que sortear, 'Héctor, en cambio, votará sí'.

'(Abad Faciolince) piensa que, por alto que parezca, hay que pagar ese precio para que, después de más de medio siglo, los colombianos puedan por fin vivir como gentes civilizadas, sin seguirse entrematando. De lo contrario, la guerra continuará de manera indefinida, ensangrentando el país, corrompiendo a sus autoridades, sembrando la inseguridad y la desesperanza en todos los hogares', expresa Llosa en su columna.

El Nobel en Literatura también plantea como ejemplo el éxito de los acuerdos de paz logrados tras firmas de pactos en Irlanda del Norte, El Salvador y Guatemala, donde –según manifestó– 'ahora, en vez de balas y bombas, intercambian razones y descubren que, gracias a esa convivencia que parecía imposible, la vida es más vivible (…)'

Con respecto al interrogante que pueden estar haciéndose todos los colombianos, si funcionará o no el acuerdo de paz, Llosa considera que 'la única manera de saberlo es poniéndolo en marcha, haciendo todo lo posible para que lo acordado en La Habana, por difícil que sea para las víctimas y sus familias, abra una era de paz y convivencia entre los colombianos'.