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El 23 de junio el presidente Juan Manuel Santos y el comandante de las Farc ‘Timoleón Jiménez’ hicieron oficial en La Habana, ante la mirada de líderes de todo el mundo, una decisión histórica para el país: el acuerdo de cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo, y la dejación de armas.

A través de lo anterior –el tercer punto del acuerdo de paz– el Estado y el grupo guerrillero se han comprometido a poner fin a un conflicto que ha dejado alrededor de ocho millones de víctimas a lo largo de cinco décadas. Además, las Farc accedieron a entregar sus fusiles y demás armamento, con los que ejercieron la autoridad en el campo y en aquellos rincones del país que han sufrido por el abandono del Estado.

Luis Fernando Trejos, profesor e investigador de Ciencia Política de la Universidad del Norte, recalca que este acuerdo tuvo como antesala un proceso de desescalamiento de las acciones armadas, que según el Centro de Recursos para Análisis de Conflictos (siglas en inglés, CERAC) y la Fundación Paz y Reconciliación, previno aproximadamente 1.500 muertes.

Zonas veredales. El académico también considera importante señalar que en el punto 3, si bien las partes se comprometieron e iniciaron un cese al fuego bilateral y definitivo, el éxito decisivo de dicho cese está atado a la verificación internacional, la cual solo puede realizarse efectivamente si hay concentración territorial de las fuerzas insurgentes.

Para este fin se han creado 21 Zonas Veredales Transitorias de Normalización (ZVTN) y ocho campamentos, ubicados a lo largo de toda la geografía colombiana. Estos buscan facilitar el cese al fuego, la entrega de armas y son el primer paso por el que deben pasar los combatientes de las Farc para iniciar su proceso de reincorporación a la vida civil en los aspectos sociales, económicos y políticos. Los campamentos serán transitorios y servirán como punto de llegada a frentes que llegan de zonas remotas.

Al interior de estas locaciones, la guerrilla podrá realizar actividades educativas y de capacitación para oficios que desarrollarán cuando ingresen a la vida civil.

Según el Ministerio de Defensa, entre los criterios para la ubicación de estas zonas es que estén distantes de cascos urbanos, cabeceras municipales, áreas de frontera, zonas protegidas o con cultivos ilícitos, con una extensión que permita el Mecanismo de Monitoreo y Verificación (MM&V) de la zona, el cual será liderado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Para facilitar el arribo de los guerrilleros, también se tuvo en cuenta establecer las zonas en áreas donde más de un frente de las Farc ejerciera influencia.

De acuerdo con Luis Fernando Trejos, las ZVTN estarán rodeadas por un anillo de seguridad de un kilómetro, donde no habrá presencia de miembros de la Fuerza Pública ni de las Farc, solo de los equipos de monitoreo de la ONU.

Al ubicarse dentro de dichas zonas, el Gobierno suspenderá las órdenes de captura que pesen sobre los militantes de la guerrilla. En el caso de los miembros de las Farc encarcelados, estos podrán sumarse al proceso de reincorporación y recibir la amnistía, por el delito de rebelión y conexos.

A partir del día en que se firme el acuerdo final de paz, este 26 de septiembre en Cartagena, las tropas de las Fuerzas Armadas encaminarán sus esquemas de operación hacia permitir que los guerrilleros se concentren en esas zonas. Cinco días después, se iniciaría esa movilización de las fuerzas de la guerrilla hacia los sitios acordados en todo el país. Las ZVTN durarán, según lo acordado, 180 días a partir del día de la firma del Acuerdo Final.

Dejación de armas. 180 días después de la firma, el 24 de enero de 2017, finalizará el período de desarme de la guerrilla y su tránsito a la vida civil. Tras esa fecha las Farc no deberán tener en su poder ni un solo fusil o pistola.

El proceso comenzará con un control de armamento, que empieza cinco días después de la firma del Acuerdo Final, cuando las Farc le entreguen al Mecanismo de Monitoreo y Verificación (MM&V) de la ONU la información sobre el armamento que poseen y se haga un primer traslado del mismo a las zonas veredales.

La dejación comenzará a los 90 días de firmarse el acuerdo, tras el establecimiento de las Farc en las Zonas y del registro, identificación y monitoreo de cada armamento individual. La recolección de armas se realizará en tres partes: la primera a los 90 días, la segunda a los 120 días y la tercera a los 150 días. Estas armas permanecerán en contenedores ubicados al interior de las Zonas.

Monitoreo. Las distintas etapas de este proceso estarán acompañadas por el Mecanismo de Monitoreo y Verificación (MM&V). Según Trejos, estos son los encargados de interactuar con la sociedad civil y las instituciones estatales presentes en los territorios en los que se concentren las unidades guerrilleras. El mecanismo es presidido y coordinado por una misión de la ONU, compuesta por observadores de países miembros de la CELAC, lo que quiere decir que las Farc y el Gobierno Nacional aceptan el liderazgo del actor internacional, lo que garantiza celeridad e imparcialidad en la resolución de controversias.

Reincorporación. A diferencia de procesos anteriores, comenta Trejos, este proceso de reincorporación a la vida civil tendrá como escenarios centrales las zonas rurales de Colombia. El grueso de los excombatientes de las Farc se mantendrá en esas áreas, porque sus redes sociales se encuentran allá. Esto, según el académico, implica ciertos retos, especialmente en cuanto a la institucionalidad, que ahora tendrá que trasladarse a esos espacios.

La Agencia Colombiana para la Reintegración, que ha acogido a 84% de los 58.000 desmovilizados de grupos al margen de la ley en los últimos 12 años, estará al servicio de todos los nuevos desmovilizados.

Garantías de seguridad. Trejos afirma que el Gobierno Nacional intensificará el combate para acabar con las organizaciones criminales y sus redes de apoyo, en particular contra cualquier organización responsable de homicidios y masacres, o que atente contra defensores de los Derechos Humanos, movimientos sociales o movimientos políticos.

La persistencia y expansión de estos grupos se convierte en una seria amenaza para la seguridad de los desmovilizados y para la construcción de paz en los territorios. Según la Defensoría del Pueblo entre 2006 y 2011, 71 líderes de procesos de restitución de tierras fueron asesinados y entre 2012 y 2015, murieron nueve reclamantes más.

La novedad en este punto consiste en la creación de una institucionalidad judicial (Unidad Especial de Investigación) y policial (Cuerpo Elite), destinadas únicamente para el combate contra estas organizaciones ilegales. Así como todo un sistema de seguridad que brinde garantías reales a quienes dejen las armas, a los movimientos y organizaciones políticas que surjan de este proceso y a las comunidades y territorios en los que se asienten los ex combatientes.

¿Cuántos guerrilleros se desmovilizarán en realidad?

Según Luis Fernando Trejos, profesor de Derecho de Uninorte, aún no es claro el número real de integrantes de las Farc y las cifras varían de acuerdo con las fuentes.

El Ministerio de Defensa, en el informe ‘Memorias al Congreso 2014-2015’, afirma que en 2014 las Farc-ep contaban con 6.382 hombres en armas, y que entre 2011 y 2015 se desmovilizaron 4.084 y 8.880 han sido capturados en el mismo lapso.

Decisive Point, organización especializada en temas de seguridad, afirma en el documento ‘Contraterrorismo: la victoria silenciosa del Estado’, que las Farc-ep entre 2011 y 2013 se redujeron en un 20%, pasando de 9.000 a 7.000 miembros.

Por su parte el Centro de Recursos para Análisis de Conflictos (siglas en inglés, CERAC) cree que el gobierno debe preparase para recibir un aproximado de 16.000 hombres. En el mismo sentido, la Fundación Paz y Reconciliación sostiene que las Farc cuentan con cerca de 11.000 hombres armados, un número indeterminado de milicianos, redes logísticas y miembros presos, por lo cual 'las Farc van a entregar entre 8.500 y 9.000 personas en armas. Pero hay que sumarles por lo menos 6.000 milicianos y 1.800 hombres que están en las cárceles. La cifra se va a aproximar a 20.000'.

Para Trejos es importante señalar que la última palabra sobre esta cifra la tienen las mismas Farc, ya que según el artículo 8 de la Ley 418 de 1997: 'La calidad de miembro del grupo armado (…) se acreditará mediante una lista suscrita por los voceros o miembros representantes designados por dicho grupo. Esta lista será recibida y aceptada de buena fe por el alto comisionado para la Paz, de conformidad con el principio de confianza legítima, base de cualquier acuerdo de paz'.

Actualmente se tiene previsto que ocho días después de la firma del Acuerdo Final, las Farc entreguen información con la cantidad de sus integrantes.

Vea la infografía: Calendario del cese al fuego y dejación de armas