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La premio Nobel de Paz guatemalteca, Rigoberta Menchú, recibió ayer de manos de la primera dama del Atlántico Liliana de Verano, la medalla Puerta de Oro de Colombia, máxima condecoración que otorga el departamento del Atlántico, en honor a su vida y obra en pro de la paz y los derechos de los pueblos indígenas en América Latina.

'Muy contenta, pero también es una tremenda responsabilidad, porque esto no son símbolos de personas sino símbolos de pueblos, símbolos de anhelo, de soberanía, de independencia, de libertades, así que lo voy a conservar y espero que un día esté en un museo mesoamericano por la paz porque esto es parte del patrimonio universal también', afirmó Menchú al término del acto llevado a cabo en la Escuela de Policía Antonio Nariño, que congregó a estudiantes de colegios de Soledad y demás municipios del Atlántico.

En dicho acto, se llevó a cabo un conversatorio que contó con la moderación de los reconocidos periodistas, Jorge Cura, director de Emisora Atlántico, y Marco Schwartz, director de EL HERALDO.

Schwartz inició la discusión preguntando las motivaciones de Menchú para optar por defender la paz y no volcarse a la resistencia armada contra el régimen dictatorial que vivía Guatemala durante su juventud. La Nobel reconoció que para ella no hubo una elección y que lo natural fue optar por el camino de la paz, aunque destacó que 'nunca juzgo a las partes en conflicto, ni a las personas', recordando que muchos escogieron las armas como una forma de luchar por una causa que consideraban justa.

'Ojalá a ustedes jóvenes nunca que les olvide que su país un día luchó y luchó por alcanzar la paz', manifestó.

Cura, recordó como durante los años mas crudos del conflicto guatemalteco, en América Latina y en el mundo había una 'mano negra' que impedía conocer lo que estaba viviendo ese país. Menchú, dijo que esa situación, que aisló a los guatemaltecos del mundo, fue una motivación que la impulsó a luchar contra la impunidad y por 'romper el silencio'.

'En Guatemala logramos tres juicios ganados por delitos de lesa humanidad', señaló. Pero esas victorias fueron producto de una investigación adelantada por las víctimas que logró acusar a los directos responsables (mandos del Ejército) que habían cometido esos crímenes.

'Las víctimas tienen mucho que decir, tienen que ser escuchadas, pero también tienen que investigar y buscar la justicia', dijo la Nobel, quien invitó a que se valore el papel de las víctimas en el proceso de Colombia.