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El exgobernador del Atlántico Carlos Rodado recuerda que esa voluntad de convertir a la Constitución del 91 en un verdadero tratado de paz se hizo explícita desde el primer día de sesiones, cuando la mayoría de los electos manifestaron que la nueva estructura del Estado se debía erigir sobre la base de la paz.

Rodado hizo parte de una comisión de constituyentes que se reunió con Manuel Marulanda Vélez, alias Tirofijo, jefe máximo de las Farc, con el que buscaron pactar una participación de esa guerrilla en la asamblea. Esta es la historia:

'Cuando llegamos los constituyentes en general todos hablábamos de que esta era la constituyente de la paz. Todos debíamos pronunciar un discurso en donde había que expresar en 20 minutos lo que creíamos que debía ser la nueva estructura del Estado colombiano y todos coincidíamos en que esta sería la constituyente de la paz.

'Nosotros queríamos abrirle campo y espacio a todos los grupos que estaban actuando como grupos contestatarios armados y llegamos incluso a invitar a las Farc. Yo hice parte de una comisión de constituyentes que viajó a Cravo Norte (Arauca), nos reunimos en un colegio. Recuerdo que viajamos con Álvaro Leyva, el nos conectó y hablamos con ‘Tirofijo’ que entonces estaba al mando. Las Farc querían sentarse en la Asamblea Nacional Constituyente a pesar de que el día en que se estaba haciendo la elección de los constituyentes fue bombardeada Casa Verde (su campamento madre), así que a pesar de que estaban ellos muy adoloridos aceptaban sentarse. Pero al presidente Gaviria le faltó visión política y también entender la importancia que tenía la paz para los colombianos, porque esa era la oportunidad. Entonces, el número de cupos que Gaviria ofrecía a las Farc era un número que ellos consideraban insignificante y ridículo, se comparaban con los que sacó el M-19 y aunque no aspiraban a tener tantos, sintieron que no les estaban dando la participación debida y adecuada.

Desafortunadamente fue una oportunidad que se perdió. Nos hubiéramos ahorrado estos 25 años de guerra, porque esa era la oportunidad, realmente, de poder llegar a un verdadero acto de paz'.