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La captura de Santiago Uribe, hermano del expresidente Álvaro Uribe Vélez, por parte de CTI de la Fiscalía el pasado lunes, desató una de las más grandes tormentas políticas de los últimos años.

Su detención ha generado un enfrentamiento frontal entre el uribismo y el Gobierno, que ha cuestionado la separación de poderes en el país e instituciones tan esenciales para la democracia como la Corte Suprema de Justicia y la Fiscalía.

Las fuertes críticas provenientes del principal partido opositor al Gobierno de Juan Manuel Santos, el Centro Democrático, acusan de persecuciones políticas y de presiones judiciales en el caso del hermano del expresidente, máximo líder de ese partido.

Sin embargo, la detención del ganadero antioqueño responde a una investigación que lleva 20 años en curso. Se le acusa de presuntos vínculos con ‘Los 12 Apóstoles’, un grupo paramilitar que operó en la primera mitad de los años 90 en el municipio de Yarumal, Antioquia. Según los testimonios en los que se basa la Fiscalía, el ganadero antioqueño habría sido promotor y jefe de ese grupo armado.

En el caso contra Santiago Uribe le son imputados los delitos de concierto para delinquir agravado y homicidio agravado. El primero contempla una pena entre los 26 y 50 años de cárcel, mientas que para el segundo serían entre 12 y 27 años.

Dichos delitos habrían sido cometidos entre 1990 y 1997, periodo en el que operaron ‘Los 12 Apóstoles’, a quienes se les señala de asesinar por lo menos a 30 personas.

Este grupo, denominado de 'limpieza social', funcionaba en una zona en la que la familia Uribe Vélez tenía una finca llamada La Carolina. Varios testigos, como Eunicio Pineda, el agente de la Policía Alexander de Jesús Amaya y el mayor en retiro Juan Carlos Meneses, han vinculado a Santiago Uribe con ‘Los 12 Apóstoles’.

Meneses, es uno de los testimonios más firmes en su contra, ya que establece una relación directa de Uribe con el grupo paramilitar y sus actividades delictivas en la hacienda La Carolina. También es una pieza clave que ata al hermano del expresidente con el asesinato de Camilo Barrientos, un conductor de un bus escalera, señalado de ser auxiliador de las Farc por presuntamente transportarles víveres, el 25 de febrero de 1994.

El viernes pasado, Santiago Uribe fue traslado del Búnker de la Fiscalía en Bogotá, hasta la guarnición militar de Juan del Coral de Rionegro (Antioquia), donde permanecen recluidos militares acusados por falsos positivos.

Ese mismo viernes, Tomás y Jerónimo Uribe Moreno, hijos de Álvaro Uribe, acudieron al Búnker de la Fiscalía para denunciar presuntas presiones a testigos por parte del Gobierno y el Fiscal para vincularlos al caso contra ‘el zar de la chatarra’, James Arias.

Según el expresidente y sus hijos, este sería el siguiente paso del Fiscal Montealegre que demostraría la presunta persecución política de la cual se autodenominan víctimas.

'Mi hermano es un preso político'

El expresidente y ahora senador por el Centro Democrático, Álvaro Uribe Vélez, rompió su silencio frente a la captura de su hermano Santiago Uribe, calificando su detención como un acto deliberado de 'persecución política' ejecutado por el Fiscal, Eduardo Montealegre, con el beneplácito del presidente Juan Manuel Santos.

Uribe alzó lanza en ristre contra el Gobierno y el Fiscal y aseguró que su hermano era un 'preso político'. 'El Fiscal, sin investigación absuelve todo lo del actual Gobierno. Nuestro partido, el Centro Democrático, ha denunciado sus abusos para dilapidar el patrimonio público, lo que ha enervado aún más su soberbia. Ha cambiado el radicado del caso para direccionar la investigación. Ordenó directamente la captura de Santiago', afirmó Uribe recordando una denuncia que hizo en las pasadas presidenciales sobre presuntos dineros del narcotráfico en la campaña de Santos.

Para Uribe, Montealegre es 'un político rabioso con capacidad de meter a la cárcel' y el vicefiscal Jorge Perdomo 'hace méritos para sus aspiraciones de suceder al actual a través de perseguir a los integrantes de nuestro partido y de mi familia'.

El expresidente leyó ante los medios un comunicado de 10 puntos en el que desvirtúa tanto a los fiscales y jueces que llevan el caso de su hermano, como a los testimonios que estos recogen para acusarlos.

En palabras de Uribe, Alexander de Jesús Amaya es un asesino condenado a 50 años de prisión a quien 'nada le consta sobre la conducta de Santiago pues nunca tuvo tratos con él'; Juan Carlos Meneses ha cambiado su versión durante los años y su testimonio es una 'farsa cruel' a la que la Fiscalía ha dado crédito; y Enuncio Pineda 'es un enfermo mental ya que padece esquizofrenia'.

Dijo que también estarían detrás de las supuesta persecuciones a su círculo familiar y de amigos, el Gobierno de Venezuela, el sacerdote Javier Giraldo, el exmagistrado Iván Velásquez; el nobel de paz argentino, Adolfo Pérez Esquivel; 'una ONG europea pro Farc', y el Abogado de Gustavo Petro, Daniel Prado Albarracín.

Uribismo vs Gobierno

El enfrentamiento del Centro Democrático y el Gobierno inició el mismo lunes de la captura, cuando la bancada uribista se retiró del recinto del Congreso donde las comisiones primeras de Senado y Cámara debatían la reforma a la Ley de Orden Público. Ese día, los congresistas del Centro Democrático se declararon en rebeldía ante el Gobierno, al que señalaron de perseguirlos políticamente. El martes protagonizaron una manifestación a las afueras de la Casa de Nariño exigiendo la renuncia del presidente Santos y el miércoles llevaron sus protestas a las trincheras de Twitter desde las cuales dispararon uribistas y ministros del Gobierno por igual. La polémica no cesó y el jueves fue Santos quien envió recado al uribismo: 'ni con las Cortes ni con la Fiscalía, el Ejecutivo conspira'. El último capítulo lo escribió ayer Uribe quien en la semana no se refirió al caso de su hermano.