El expresidente Alberto Fujimori, sentenciado por crímenes lesa humanidad y corrupción, asistió ayer a la sesión inaugural de su quinto juicio. La diligencia fue suspendida por los pedidos de la defensa para cambiar las magistradas que lo juzgan y por el aparente mal estado de salud del ex mandatario.
Fujimori, quien acumula una condena por crímenes contra los derechos humanos y otras tres por corrupción, es acusado por la fiscalía por el desvío de millonarios fondos públicos para financiar tabloides amarillistas que destruyeron la imagen de la oposición política y apoyaron su segunda reelección entre los años 1998 y 2000.
El ex mandatario de 75 años, ingresó a la audiencia arrastrando sus zapatos hasta la silla de acusado donde tomó una pastilla y se midió la presión sanguínea con un tensiómetro apuntando los resultados en un pequeño cuaderno de hojas blancas.
Su imagen era opuesta a la de 2009 cuando fue sentenciado a 25 años de prisión por crímenes contra los derechos humanos, época en la que entraba a la sala de los tribunales con anteojos de medida, vestía elegantes ternos, vistosas corbatas y zapatos negros brillantes.
La primera sesión duró menos de una hora en la que la defensa de Fujimori pidió que el exmandatario sea juzgado por la Corte Suprema y no por la actual Cuarta Sala Penal Liquidadora.
Es el segundo pedido del abogado del expresidente, William Castillo, para remover a las juezas Aissa Mendoza, Abigail Colquicocha y Carolina Lizárraga. La última semana Castillo pidió cambiar a las juezas por supuesta parcialidad.
Las juezas decidieron suspender la sesión hasta el próximo 28 de octubre tras el nuevo pedido legal de la defensa de Fujimori señalando además que el acusado no se encontraba en condiciones de salud óptimas para continuar.
La Fiscalía sostiene que Fujimori conoció y permitió el desvío de 122 millones de soles (43 millones de dólares) del presupuesto de las Fuerzas Armadas al Servicio de Inteligencia, dirigido por su entonces hombre de confianza Vladimiro Montesinos para financiar a diarios que demolieron a los enemigos del gobierno y realizaron propaganda para su reelección.
La pena máxima para el delito de peculado, del que se acusa a Fujimori, es de 8 años, pero si fuera condenado, ello no significará ningún aumento de su tiempo en prisión, ya que en Perú las penas no se acumulan sino que prevalece la mayor. AP





















