Durante los últimos dos días un equipo de la Comisión de la Verdad, encabezada por su presidente, Francisco De Roux, visitó Buenaventura y los demás pueblos del Pacífico con la intención de conocer la situación por la que atraviesa esa región del país.
'El impacto que le causa a uno la forma como vive gente en Buenaventura es tan vergonzoso, que uno no entiende como Colombia acepta una situación tan inhumana (...) Esto es salvaje, es inmoral, es contrario a la dignidad humana', señaló De Roux al finalizar uno de los encuentros que sostuvo con las comunidades.
Diferentes representantes de las organizaciones le insistieron al presidente de la Comisión a importancia de que el Informe Final evidencie la preocupación por la persistencia del conflicto armado en sus territorios.
Ante esas peticiones el funcionario les señaló que: 'Quisiéramos decirles que estamos al lado de su búsqueda, de su dolor, de sus preguntas. Venimos porque Buenaventura pone en evidencia, como un lugar simbólico y emblemático, lo que pasa en otros lugares de Colombia, pero aquí parece que se concentra todo… Nuestro discurso no va a ser políticamente correcto (...) Pero no somos enemigos de nadie, porque no estamos en contra de nadie, sino en contra de la mentira, de que nos quedemos callados, del silencio, del miedo, y queremos hablar con toda franqueza'.
En el barrio Juan 23 de Buenaventura, la Comisión de la Verdad escuchó de la comunidad las causas de la persistencia del conflicto como aporte al proceso de construcción de las recomendaciones hacia la no repetición, que entregará la entidad en su Informe Final. Allí la comunidad reclamó verdad sobre los asesinatos, la estigmatización y discriminación de la cual, dijeron, vienen siendo víctimas. Afirman que la violencia es estructural y les impide vivir en paz.