Riohacha. 'El mundo tiene suficiente comida, lo que hace falta es la voluntad para que los niños de La Guajira puedan vivir felices', aseguró el médico Abudi Dasuki, pediatra del municipio de Maicao, quien desde hace muchos años lucha contra la desnutrición infantil en esta región del Caribe.
Después de la muerte de Jhonander Uriana, de 9 años, quien presentaba un cuadro de desnutrición severo que al parecer le habría causado el deceso, Dasuki, ex secretario de Salud de Maicao, insistió en que lo más triste es que hasta ahora no hay condenados por estas muertes, que suman 26. Agregó que esta crisis humanitaria no solo se registra en el área rural de La Guajira sino que ha llegado al casco urbano. 'Parece una maldita plaga imparable, agregó.
Hay Impunidad. Javier Rojas, vocero de la Asociación de Autoridades Tradicionales Indígenas Wayuu Shipia Wayuu , asegura que lo más triste es que cada muerte de niño por desnutrición en La Guajira queda en la impunidad.
'Las autoridades no toman las medidas cautelares y hay absoluto silencio', agregó.
Sobre las versiones de que muchos indígenas se niegan a que sus hijos sean atendidos por profesionales, el médico Dasuki sostuvo que 'es muy raro el wayuu que se niega a la atención médica'.
Carolina Sáchica, abogada del Consultorio Jurídico de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, quien acompaña el proceso de solicitud de medidas cautelares a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para exigir el derecho al acceso al agua para los indígenas wayuu en La Guajira, afirmó que el día de la muerte de Jhoander 'fue un lunes negro para los wayuu porque murió un niño desnutrido de 9 añitos, enfermo, sin atención médica y abandonado por el Estado', reclamó.
Sobre este mismo tema, el secretario de Salud de La Guajira, Gonzalo Araújo, reconoció que Jhoander Uriana necesitaba una atención especial en una institución que prestara los servicios que él necesitaba, ya que sufrió una parálisis cerebral.
El menor, perteneciente a la comunidad Taloulumana en la zona de Bahía Honda de la Alta Guajira, no podía ingerir alimentos sólidos y solo recibía alimentación asistida.