Aunque el problema que llevó el 25 de mayo del 2014 a los habitantes de Taganga a no votar para las elecciones presidenciales persiste y la falta de agua sigue siendo un dolor de cabeza, para las justas democráticas locales que se avecinan, no harán lo mismo.
La comunidad ha manifestado su deseo de ir masivamente a las urnas este 25 de octubre y libremente escoger sus gobernantes. El 'si no hay solución, no hay votación', no se repetirá.
Ariels Daniels D´Andreis, líder y propulsor del movimiento de rebeldía del año anterior, manifestó que lo anteriormente expuesto tiene una explicación y es que el año pasado lo que querían era llamar la atención del alto Gobierno, mostrándole el enojo y el rechazo de un pueblo ante el abandono al que han estado sometidos por años.
'Aunque la crisis por falta de agua sigue, la diferencia hoy es que las elecciones venideras son locales y hay muchos intereses en juego', dijo el dirigente cívico.
Añadió que 'eso quiere decir que en estas elecciones aparece el compadrazgo, el amiguismo, las deudas y favores políticos. Además, hay grupos con poder que permean a la comunidad'.
Los tagangueros dicen tener plena convicción que no bajarán los brazos en su proceso de resistencia, pero en esta ocasión prefieren no involucrarse debido a que la amenaza se cierne sobre la subsistencia.
Tradicionalmente al pueblo taganguero se le ha conocido por sus protestas.
Sin solución
De aquel 25 de mayo del 2014 a esta fecha no es mucho lo que se ha avanzado en una solución al problema por la falta de agua. Sin embargo, la comunidad tiene fe y esperanza en que pronto las angustias y afugias sean cosas del pasado.
Fue el 15 de junio del 2014 cuando en reunión con la comunidad, la Alcaldía y el Viceministerio de Agua prometieron que en un lapso de nueve meses estaría montada una planta desalinizadora de agua. Transcurrió el tiempo y nada se hizo efectivo.
Se preguntó al gobierno local que pasó, por qué no se cumplió. La respuesta fue sencilla: no se pudo por nula capacidad operativa.
Sin embargo la solución de corto plazo fue efectiva, pues se implementó el servicio de distribución de agua con carrotanques, para lo cual se destinaron 18 viajes diarios para seis puntos específicos.
Más tarde entraron en función tres pozos en Santa Marta que abastecían a Taganga, situación que coincidió con una pequeña recuperación de los ríos a raíz de una breve temporada de lluvias.
Llegó el 2015 y la sequía volvió con más fuerza, por lo que se establecieron albercas comunitarias. Hoy, ante la emergencia en toda la ciudad, a Taganga se le implementó el pico y placa en el suministro de agua potable.
El pasado
El que Taganga no hubiese salido a votar para elegir Presidente de la República el año pasado porque no tenía agua, no fue algo tan novedoso como se pudo pensar. La resistencia de sus habitantes ante la amenaza de sus intereses, puesta en evidencia el domingo 25 de mayo pasado, es parte de su identidad.
Las manifestaciones en defensa del interés colectivo han sido muchas, de ahí que los habitantes se hayan ganado el calificativo de revoltosos. Desde el año 1536 hasta nuestros días, los habitantes de este ancestral pueblo de indígenas han llevado a cabo actos en defensa de la comunidad, el territorio y las costumbres.
Cuentan los habitantes de esta población costera que el primer caso de rebeldía fue en en ese año, cuando el capitán español Pedro de Ursúa mandó a sus soldados a Taganga a robarse la mujer del cacique local, llevándola por la fuerza a Santa Marta.
En el camino, según la historia, los indios Taganga atacaron a los españoles, mataron a varios y defendieron un símbolo cultural como era la libertad de la mujer del cacique.
La protesta del domingo de elecciones por falta de agua, cuyo lema fue 'si no hay solución, no hay votación', no ha sido la única en su estilo.
El 29 de octubre de 1995, - fecha de los comicios electorales para elegir Juntas Administradoras Locales, JAL - la comunidad en pleno bloqueó desde las 4 de la madrugada el carreteable de acceso al territorio y de esta forma impidió la entrada de los votantes a las urnas.
