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La visita del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, el próximo julio a Kenia ha levantado una ola de expectación no solo entre los políticos y empresarios que esperan rascar los bolsillos de la primera potencia mundial, sino en el corazón de los admiradores de su hija Malia.

Las declaraciones de amor hacia la primogénita de los Obama, que cumplirá 17 años poco antes de que su padre aterrice en la tierra de sus antepasados, han saltado a la prensa local con un reclamo que ningún keniano dejaría pasar: una gran dote de vacas.

El primero en desatar la puja bovina fue Felix Kiprono, un joven abogado que espera que el mandatario, en su primer viaje oficial a Kenia, llegue acompañado de Malia, para quien afirma estar reservándose desde hace siete años.

'Mi amor es real, no soy un cazafortunas', se defiende Kiprono, en una entrevista con el diario keniano 'The Nairobian'.

Para demostrarlo, ha ofrecido 50 vacas, 70 ovejas y 30 cabras a Obama padre, ganado con el que aspira a comprar la mano de la joven.

'Estoy interesado en ella desde 2008', cuando la adolescente era una niña de 10 años y su padre un prometedor candidato a la Casa Blanca.

'De hecho, no he tenido ninguna cita desde entonces y prometo serle fiel', asegura este jurista de 24 años, que ha estudiado en la Universidad de Oxford.

Así, la mayor de los Obama podría aprovechar la visita no solo para conocer a su bisabuela paterna, una anciana de 90 años que vive en Kogelo (en el oeste del país), sino también para casarse por el rito tradicional kalenjin, la tribu a la que pertenece Kiprono.

Los planes nupciales del osado pretendiente incluyen una ceremonia rural en una colina de su aldea natal, Kenyogoro, donde, en lugar de champán, correrá una leche agria llamada 'mursik'.

Será el comienzo de una 'vida sencilla' para la pareja: 'Enseñaré a Malia a ordeñar las vacas, cocinar ugali (gachas de maíz) y preparar mursik como cualquier otra mujer kalenjin', anhela.

Curiosamente, este abogado es uno de los letrados que pidieron a la Corte Penal Internacional (CPI) que suspendiera la causa contra el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, por crímenes de lesa humanidad.

Poco después del anuncio de Kiprono, se ha echado al ruedo otro aspirante al corazón de Malia: un guerrero masai y músico de gospel que ha prometido 500 vacas para su enamorada.

La oferta de Kiprono, diez veces inferior a la de Jeff Ole Kishau, es para él una señal de 'mal agüero y bancarrota'.

'Mi amigo Kiprono está vacilando a la hija del presidente de EEUU. ¿Cómo puedes ofrecer solo 50 vacas por la hija del hombre más poderoso del mundo?', declara al rotativo 'Daily Nation'.

La oferta de este joven, también de 24 años, bate igualmente las dotes recomendadas por la aplicación móvil keniana 'Mahari Calculator' que, cruzando parámetros educativos, familiares y físicos -y valorando la virginidad por encima de todo- recomendaría pagar no más de 8 vacas por Malia.

Kishau, sin embargo, está dispuesto a aumentar la vacada y se ha atrevido a desafiar una de las normas nupciales de los masai: cortejar a Malia sin la aprobación del consejo de ancianos.

De hecho, tras sus fracasados intentos de contactar con la joven por Facebook, Whatsapp, Instagram y Twitter, el guerrero ha pedido a los líderes de su aldea que intercedan directamente ante el presidente Obama.

Las propuestas matrimoniales parecen no tener muchos visos de prosperar, pero, al menos a Kiprono, le ha servido para encontrar una pretendiente.

Ann Kioko, una joven keniana, supo de su existencia por la prensa y ahora cotillea sus fotos en Facebook mientras anhela una vida junto a él.

'Me enamoré de una en la que sale muy guapo, como si llevara un pintalabios de marca. Juntos podríamos construir nuestra propia casa blanca', confiesa en un diario local.