Edwin Palma, viceministro de Relaciones Laborales e Inspección del Ministerio de Trabajo, ha presentado su renuncia al cargo, decisión que ha sido confirmada por la entidad recientemente. La salida de Palma se produce en medio de un ambiente de tensiones internas dentro del ministerio, presuntamente relacionadas con diferencias con la ministra Gloria Inés Ramírez.
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Palma, quien asumió su cargo hace dos años, ha decidido dar un paso al costado en un momento crucial para la cartera, que enfrenta una huelga que ya supera los dos meses. En una carta dirigida al presidente Gustavo Petro, Palma expresó su gratitud por la oportunidad de servir en el gobierno y aseguró su apoyo incondicional al mandatario.
En la misiva, el viceministro señaló: “Desde mi despacho y con todo el equipo de empleados que me acompañaron, contribuimos a la protección de la clase trabajadora a través de la inspección laboral, promovimos el diálogo social, el respeto de los derechos humanos en el trabajo”.
Además, agregó que se retira con la convicción de haber hecho todo lo posible para cumplir el mandato popular que los llevó al gobierno en 2022.
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El exviceministro, quien también es expresidente de la Unión Sindical Obrera (USO) y miembro de la Junta Directiva de Ecopetrol, hizo pública su decisión de continuar en el cargo hasta el 31 de agosto.
Este anuncio se da en el contexto de una disputa interna dentro del ministerio, donde uno de los puntos de fricción fue la declaración de insubsistencia de Ángela Caro, asesora de Palma, por parte de la ministra Ramírez. Caro llevaba más de 15 años en la entidad y su salida fue interpretada por algunos como un acto de represalia política.
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En su carta de renuncia a la ministra Ramírez, Palma reiteró su decisión de abandonar el cargo y adjuntó la misiva dirigida al presidente Petro. La disputa interna se intensificó cuando Caro, en una carta dirigida a Ramírez, acusó a la ministra de tomar decisiones motivadas por “odio político” hacia Palma y lamentó que estas decisiones fueran influenciadas por “rabia, venganza y malos consejos”.
Otro factor que habría contribuido a las tensiones es la responsabilidad asignada a Palma por el presidente para la redacción de los decretos de la reforma laboral, que fueron rechazados en el Congreso. Esta tarea, que tradicionalmente habría correspondido a la ministra, se convirtió en un punto de discordia adicional entre ambos funcionarios.
