Una red de tráfico de armas conformada por militares activos y en retiro fue desarticulada luego de que los tres señalados criminales fueran capturados y judicializados por la Fiscalía General de la Nación.
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Presuntamente, los dos soldados profesionales y el suboficial aprehendidos mientras pertenecieron a las Unidades Móviles de Mantenimiento de Armamento de la Cuarta y la Sexta División del Ejército sustrajeron armas de largo alcance de distintos batallones.
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Dicho armamento, explicó la Fiscalía, era vendido a estructuras de las disidencias de las Farc, el ELN y el Clan del Golfo, que delinquen en Caquetá, Putumayo, Huila, Tolima, Antioquía, Meta y Chocó.
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“En el curso de la investigación se conoció que también habrían sacado de los depósitos militares piezas de diferentes tipos de armas, las cuales fueron utilizadas para ensamblar, por lo menos, 100 fusiles, ametralladoras y lanzagranadas que terminaron en manos de los grupos armados ilegales”, señaló el ente acusador.
Por estos hechos, y con el apoyo de la Brigada de Contrainteligencia Militar y el Gaula Militar, funcionarios del CTI de la Fiscalía lograron la captura del soldado profesional Esinhawer Romero Moreno, el suboficial en retiro Harold Alejandro Ráquira García y el soldado profesional en retiro Sergio Lozano Morales.
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Asimismo, luego de valorar los elementos de prueba presentados por la Fiscalía, un juez de control de garantías les impuso a los tres militares medida de aseguramiento en centro carcelario por su presunta participación en la red criminal.
Finalmente, un fiscal de la Dirección Especializada contra las Organizaciones Criminales les imputó los delitos de concierto para delinquir agravado, y fabricación, tráfico y porte de armas, municiones de uso restringido, de uso privativo de las Fuerzas Armadas o explosivos. Uno de los procesados aceptó los cargos.
