Bogotá volvió a ser la de siempre con su característica lluvia que no se había dejado ver en los últimos meses por el fenómeno de El Niño, causante de la disminución de las fuentes de agua que surten a la capital colombiana que hace un mes obligó a la Alcaldía a imponer racionamiento que, por el momento, no tiene perspectivas de acabar.
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'Falta muchísimo para que podamos superar por completo esta crisis', manifestó este sábado el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, al hacer un balance del primer mes de racionamiento, aunque reconoció 'un avance importante, un avance significativo'.
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La llegada de El Niño en noviembre del año pasado intensificó la sequía en una temporada que suele ser seca, y junto a las altas temperaturas de comienzos de año puso a la capital en una situación crítica.
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En Bogotá, ciudad de casi ocho millones de habitantes, se sintió la sequía, pero también los incendios que azotaron el país por la sequía de El Niño.