Las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, también conocidas como Clan del Golfo, un apelativo que detestan, enfilan en la actualidad dos caminos ambiciosos -y contradictorios- con los cuales busca engordar los bolsillos de las rentas económicas ilegales y, al mismo tiempo, desligar su remoquete de una organización meramente paramilitar y narcotraficante a la de una con orígenes políticos para buscar beneficios en el proyecto de Paz Total del Gobierno de Gustavo Petro.