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La reforma a la salud, uno de los proyectos bandera del gobierno de Gustavo Petro, está en unidad de cuidados intensivos bajo pronóstico reservado. El proyecto, hasta ahora, huele a formol y está virtualmente hundido por la Comisión Séptima del Senado de la República, donde ocho de los 14 senadores firmaron una ponencia para bajarle el pulgar al articulado.

Sin embargo, el proyecto –centro de cuestionamientos desde la primera legislatura– aunque agoniza, tiene pulso.

La senadora cartagenera Nadia Biel, del Partido Conservador y una de las congresistas que firmó la ponencia negativa, explicó que no apoyará la reforma por la ausencia del aval fiscal y por la supuesta actitud de oídos sordos por parte del Gobierno, que ha ignorado los conceptos de las asociaciones médicas y los reparos que han surgido desde el Congreso.