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El territorio colombiano se ha convertido en los últimos años en el epicentro del drama migratorio en la región. En el primer semestre de este año, al menos 71.012 migrantes cruzaron la peligrosa selva del Darién, un espacio que divide al país con Panamá y en el que decenas de personas perdieron la vida debido a las condiciones de inseguridad y climáticas.

Las noticias sobre lo que ocurre en esa zona presionaron para que varios migrantes se replantearan el tránsito por la selva y, ante el surgimiento de nuevas mafias que ofrecen otras 'opciones' para llegar a Centroamérica, se aventuran a tomar esta vía que termina siendo igual de riesgosa.

Se trata de una nueva ruta marítima identificada por las autoridades, la cual tiene como punto de partida o de descanso al archipiélago de San Andrés. De acuerdo con las autoridades, los migrantes son víctimas de redes de tráfico ilegal de personas, las cuales 'no tienen consideración' por la seguridad del personal y se lanzan de manera ilegal en el mar para intentar llevar a las personas a su lugar de destino.

'Hemos evidenciado una ruta de migrantes, los cuales están siendo víctimas de personas inescrupulosas que están utilizando lanchas inseguras, poniendo en riesgo su vida en el mar', afirmó el contralmirante Hernando Mattos, jefe del Comando Específico de San Andrés y Providencia.