La única foto de él en poder de su familia es de cuando tenía 4 años. Con ella se aferraron a la posibilidad de conocer la verdad y así poder armar por completo el rompecabezas que llegó a sus vidas desde aquel 25 de abril de 2005.
Deivis De Jesús Pachecho Hernández, quien para ese momento tenía solo 17 años, fue seducido por algún mentiroso, llevado con la promesa de trabajar como recolector de café al Cesar, y acribillado, presuntamente, por militares del Batallón La Popa en una finca llamada La Vega, ubicada en el corregimiento San José del Oriente, del municipio de La Paz, en el mencionado departamento.
Seis meses después de su crimen, al registrador del pueblo de Baranoa le llegó una comunicación de la Fiscalía. Ese mismo tiempo llevaban buscando al joven, pues se había ido de su casa en el barrio San Cayetano, en el ‘corazón alegre’ del Atlántico, diciéndole a su abuela materna, Rosa Inés, que cuando llegara a un lugar cualquiera donde hubiera cómo comunicarse les pegaría una llamada para avisar que estaba bien, para que se quedaran tranquilos.
Todo comenzó a saberse luego de que sus seres queridos decidieran comparecer ante la Justicia Especial para la Paz (JEP) después de 17 años de haberse convertido en uno de los 127 ‘falsos positivos’ que dejó ese episodio de la guerra en el Caribe colombiano.