La OTAN, que esta semana celebrará su cumbre en Madrid para acordar su estrategia para la próxima década, tiene un pie en América del Sur desde hace cuatro años con la inclusión de Colombia como primer 'socio global' latinoamericano de la Alianza.
Sin embargo, el estatus de Colombia dentro de la organización es de aliado, trabajando por fuera de la alineación oficial. De hecho, en el mundo hay otros países que tienen la condición de socio global, como Japón, Australia, Nueva Zelanda y Corea del Sur, que como Colombia no estarán en la cumbre, pues es reservada solo para los treinta estados miembros.
Ese acercamiento se dio durante el Gobierno de Juan Manuel Santos, quien el 31 de mayo de 2018, dos meses antes de dejar la Presidencia, oficializó en Bruselas junto al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, el acuerdo de cooperación que convirtió al país en 'socio global' de la Alianza, hasta ahora el único latinoamericano en alcanzar ese estatus.
A finales de los años noventa, durante la época de las 'relaciones carnales' con EE.UU., el entonces presidente argentino, Carlos Menem, planteó la incorporación de su país a la OTAN, lo que habría supuesto la ampliación de la Alianza al Atlántico Sur, pero su propuesta no tuvo eco, entre otras razones porque habría encontrado la oposición del Reino Unido, socio fundador de la Organización en 1949 y con el que mantiene un litigio por las islas Malvinas.