Compartir:

Hace 24 años, 11 meses y 17 días que en la familia Restrepo hay un espacio sin ocupar en la mesa. Diego* no necesita contar los días, su corazón sabe con exactitud qué hace 9.118 noches no toca el rostro de su madre, y que este 17 de julio se cumple un cuarto de siglo desde que las Farc-Ep se la llevaron. 

El recuerdo de ella sigue intacto, 'como una imagen permanente' tan auténtica como el sabor de aquel jugo de kola con leche que solía hacer y que él, su hijo, vive añorando, tanto como hallar sus restos y tener, por fin, un lugar en el que llorar a la mujer que le dio la vida. 

Fue en el corregimiento de Chengue, jurisdicción del municipio de Ovejas, Sucre, en 1996, cuando por azares o designios del destino una noche la vida le cambió. 'Tenía 12 años y mamá no volvió a casa, fueron varias noches largas de búsqueda en la que nadie vio, nadie notó y nadie supo nada', relató el hombre a EL HERALDO.

'En 1996 nosotros vivíamos en el corregimiento de Chengue. Allá teníamos una finca, mi madre se dedicaba a comercializar cosas y entraba y salía constantemente del pueblo. Allá el que veían salir mucho, lo estigmatizaban, si no era informante era aliado del Ejército, lo catalogaban vulgarmente como sapo', mencionó el hombre.

'El día que mi mamá desapareció, se encontraba en el corregimiento Don Gabriel, en una de esas salidas del pueblo hubo un retén del Ejército, le pidieron los papeles y le quitaron la libreta con la que siempre andaba, que era de los clientes que a ella le debían y ahí hubo un error de información llegaron a decirle a las Farc que ella había entregado lista de nombres al Ejército y fue por eso que tres milicianos de los frentes que se encontraban en el corregimiento la interceptaron antes de salir de Don Gabriel', relató David*.