'Hay una cosa clara: La Comisión de la Verdad no es una escalera para acceder a la Justicia Especial para la Paz (JEP)', esa fue la respuesta de Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad, a los continuos coqueteos de Salvatore Mancuso, exjefe paramilitar, a los distintos órganos de la Justicia Transicional.
'Está establecido con todo rigor que la verdad que nosotros recogemos no es una verdad jurídica, no somos jueces. Eso es un trabajo de la JEP, no de nosotros. Las comunidades sí piensan que mientras personajes como Mancuso no den sus declaraciones ante el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición no habrá una verdad, por eso sí el interés es contar su verdad del conflicto, nosotros estamos abiertos a escucharla', aclaró De Roux a los medios de comunicación.
Eso, sumado al ultimátum de la JEP a Salvador Arana, el ex gobernador de Sucre condenado a 40 años de prisión y único exparamilitar puro que fue admitido en ese sistema de justicia transicional, por su 'falta de compromiso con la verdad', y el interés del también ‘expara’ ‘Jorge 40’ abren el debate en el país sobre por qué los exintegrantes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) preferirían comparecer ante ese órgano que ante el Tribunal de Justicia y Paz.
Antes de ahondar en la temática, cabe destacar que la JEP es un órgano del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición que nació como parte del Acuerdo de Paz del gobierno de Juan Manuel Santos con la extinta guerrilla de las Farc. Asimismo, ese Sistema Integral también comprende a la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición y la Unidad de Búsqueda para Personas dadas por Desaparecidas.