La Cancillería presentó el pasado martes ante Managua una 'enérgica protesta' por la aprobación el pasado 28 de enero de una ley en Nicaragua para la creación de la 'Reserva de Biosfera del Caribe Nicaragüense', de 44.157 kilómetros cuadrados, en la que lamenta que ese país 'incluya y califique porciones del mar Caribe como si fueran parte de su territorio'.
'Esta medida de Nicaragua no cumple con los requisitos y procedimientos internacionales para el reconocimiento de áreas y lugares de especial interés y protección ambiental. Es una decisión unilateral de Nicaragua que desconoce la existencia y logros en términos de protección ambiental de la Reserva de Biósfera Seaflower, declarada como tal desde el año 2000 por la Unesco', pone de presente Bogotá.
El título de 'reserva de biosfera' no fue otorgado por la Unesco, como suele ocurrir, sino que se trata de un nombre concedido por la Asamblea Nacional, de mayoría sandinista, a petición del presidente Daniel Ortega 'con carácter de urgencia'.
Este episodio revive el hecho de que Colombia y Nicaragua están enfrentados en la Corte Internacional de Justicia, CIJ, de La Haya, sobre la delimitación de la plataforma continental, ubicada a más de 200 millas náuticas de la costa nicaragüense.
La actual controversia es una continuación de otra ya decidida por el alto tribunal de la ONU en noviembre de 2012, que estableció los límites marítimos entre ambos países y se consideró más favorable para Nicaragua.