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Un hecho poco usual se presentó en el municipio de Pensilvania en el departamento de Caldas. Una mujer interpuso una tutela a la parroquia Nuestra Señora de Los Dolores para que sus campanas dejen de sonar debido a que —argumenta— le causa 'migraña y estrés' el repicar del campanario y el reloj de la iglesia.

Esta acción despertó el malestar de los habitantes de dicha comunidad, pues aseguran 'es un atropello' hacia sus creencias y patrimonio católico.

La solicitud que elevó la ciudadana inconforme ante el Juzgado Promiscuo Municipal de Pensilvania argumenta que no puede dormir debido a que el sonido de las campanas le provoca 'dolor de cabeza, migraña y estrés'. Asimismo, sostiene que el reloj de la torre suena cada media hora, unas 100 veces al día.

Los residentes de Pensilvania tomaron la determinación de recolectar firmas para evitar que la mujer cumpla su acometido y en pro de defender sus tradiciones.

Según testimonios, la mujer que interpone la tutela no es oriunda de ese municipio, aseguran que se mudó hace dos meses a la zona y que se le ha visto muy poco por el sector.

De acuerdo con el secretario de Gobierno de Pensilvania, Cristian Giraldo, la administración será respetuosa de las decisiones que se impartan desde el juzgado. Sin embargo, indicó que se une al rechazo generalizado que ha suscitado la tutela.

Al proceso fueron vinculados también la alcaldía municipal y a la Diócesis de La Dorada-Guaduas, a la que pertenece la parroquia.