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Familiares de los seis asesinados en una matanza el viernes pasado en la población colombiana de El Tambo, en el convulso departamento del Cauca, reclamaron este lunes al Gobierno que los culpables sean llevados a la justicia y aseguraron que los jóvenes no hacían 'sino trabajar'.

Así lo expresó a Efe Lucy Huila, madre de Hiner y Esneider Collazos, quien lamentó la demora de las autoridades en entregar los cuerpos 'para darles cristiana sepultura' a sus hijos.

Ellos hacen parte de las al menos 37 personas asesinadas en siete masacres ocurridas en las dos últimas semanas en los departamentos de Nariño, Cauca, Arauca, Valle del Cauca y Antioquia, en su mayoría jóvenes, campesinos, indígenas o afrodescendientes, las comunidades más afectadas por el conflicto armado interno.

Gente trabajadora

Los familiares de los jóvenes asesinados en El Tambo aseguran que ellos eran trabajadores y que no estaban relacionados con grupos armados ilegales que operan en esta parte del país.

Huila explicó que en el caso de sus dos hijos, 'ellos se fueron para la finca, a donde el papá, a ver una madera que él tenía allá', porque los muchachos eran ebanistas.

La mujer se quejó porque la morgue apenas entregó los cuerpos hasta pasado el mediodía de este lunes en Popayán, la capital del Cauca, en donde se hará el velatorio de cuatro de ellos para luego sepultarlos.

Por su lado, Pedro Hurtado, el padre de Nicolás Hurtado, aseguró a periodistas que su hijo lo llamó horas antes de que fuera asesinado y le dijo que estaba trabajando en una finca en la que se siembra café.

No es sistemático

A propósito de las masacres el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, aseguró hoy en una rueda de prensa en Bogotá que por ahora 'no se ha determinado sistematicidad con respecto a hechos, móviles y victimarios', pero en varios de ellos, 'se ha encontrado una correlación directa con el fenómeno del narcotráfico y organizaciones criminales asociadas'.

Asimismo, recordó que el Gobierno ofreció recompensas por información relacionada y ha tomado medidas como la militarización de las zonas, la creación de mesas de trabajo, comités técnicos y grupos especializados para el esclarecimiento de estos hechos y evitar que sigan ocurriendo.

Colombia ha sido estremecida en las últimas semanas por matanzas perpetradas por desconocidos en varias regiones del país, zonas en donde operan la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), las disidencias de las FARC y otros grupos armados organizados que buscan controlar todos los eslabones del narcotráfico.

La más reciente ocurrió el domingo en el municipio de Venecia, en el departamento de Antioquia (noroeste), en la que tres personas, entre ellas un menor de edad, fueron asesinadas.

Esta fue la cuarta masacre ocurrida en las últimas 48 horas en el país y la séptima en las últimas dos semanas, que se han cobrado la vida de más de 30 personas, en su mayoría jóvenes.