El Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) aprobó la realización del primer estudio de Plasma de Convalecencia para pacientes con COVID-19, el cual consiste en la aplicación del plasma de pacientes que se han curado a aquellos que están muy graves a causa del virus, aunque no en estado crítico. Es decir, los que están hospitalizados pero no en UCI.
Este protocolo de investigación, que fue aprobado bajo la Resolución 730 de 2020, fue fabricado por el Instituto Distrital de Ciencia, Bioetecnología e Innovación en Salud-Banco de Sangre.
El proyecto está integrado por un grupo interdisciplinario conformado por investigadores del Centro de Estudio de Enfermedades Autoinmunes (CREA) de la Universidad del Rosario, del Grupo GenomaCES de la Universidad CES de Medellín; del Instituto Distrital de Ciencia, Biotecnología e Innovación en Salud (IDCBIS); de la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud (FUCS) y de Servicios y Asesoría en Infectología.
La investigación, que es patrocinada por el Colegio Mayor Nuestra Señora del Rosario y que durará 9 meses, se desarrollará en la Clínica de Occidente, en la Corporación Hospitalaria Juan Ciudad sede denominada Hospital Universitario Mayor- Méderi y la Corporación para Estudios en Salud Clínica, CES, y tiene como finalidad encontrar posibles tratamientos y enfrentar la emergencia sanitaria en el país.
Ya esta alternativa terapéutica fue utilizada previamente para la lucha contra la gripe española de 1918, contra el Ébola y el Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS), producido por otro coronavirus. Sin embargo, el director del CREA de la Universidad del Rosario, Juan Manuel Anaya, anotó que lo novedoso es la utilización en pacientes que no están severamente enfermos que, por lo tanto, podrían recuperarse sin tener secuelas de la enfermedad o evitarles progresar hacia cuidados intensivos o la fatalidad,
'Si se llegase a comprobar su eficacia, es decir, la mejoría de los pacientes mediante criterios clínicos rigurosos validados internacionalmente y la desaparición de la viremia, los beneficios serían enormes, pues se podría instituir como tratamiento inicial a pacientes hospitalizados no complicados con COVID-19, reducir la morbi-mortalidad de la enfermedad y facilitar la paulatina reincorporación laboral', explicó Anaya.
De acuerdo con el director del CREA de la Universidad del Rosario se asume que los pacientes que se curan tienen anticuerpos y otras sustancias del sistema inmune que podrían ser de gran ayuda para aquellos que todavía tienen la enfermedad activa, pero cuya respuesta inmune es insuficiente.