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Tras la supuesta operación mercenaria para derrocar a Nicolás Maduro que fracasó en Venezuela el pasado 3 de mayo y que hoy deja unos 45 detenidos y ocho muertos, se sumó la pérdida de tres lanchas artilladas de la Armada colombiana en el río Orinoco el fin de semana. Frente al episodio, analistas de seguridad subrayan que lo que quedan son dudas y pedazos faltantes de la trama.

Desde la Comisión Segunda del Senado, que conoce de asuntos de seguridad y relaciones exteriores, precisamente, les reclamaron este lunes claridad al Gobierno y a la Armada sobre lo ocurrido.

El senador Juan Diego Gómez, del Partido Conservador, pidió 'que se encuentren los responsables desde el punto de vista operativo y de responsabilidad política. Aspiramos que el comandante de esta fuerza y el ministro de Defensa le entreguen explicaciones satisfactorias al país a la mayor brevedad'.

A su vez, el senador Iván Cepeda, del Polo Democrático, apuntó: 'La explicación de la Armada parecería parte de un programa humorístico'.

Esto luego de que el comandante de la Armada, almirante Evelio Ramírez, afirmara en medios sobre el episodio ocurrido en la madrugada del pasado sábado que los dos botes Boston Whaler artillados y un bote administrativo fluvial, que pertenecen a la Infantería de Marina Fluvial No. 51, con puesto de mando en Puerto Carreño, Vichada, se soltaron al mismo tiempo y la corriente los llevó hasta territorio venezolano, en hechos que son materia de investigación, y que les informaron a las autoridades venezolanas el hecho.

Entre tanto, Maduro salió a decir que devolverá las embarcaciones si se las pide el presidente Iván Duque, por las vías oficiales. Sin embargo, Bogotá no reconoce el régimen de Caracas y en cambio reconoce como presidente interino a Juan Guaidó, como otro más de medio centenar de naciones.

Al respecto, Néstor Rosanía, director del Centro de Estudios en Seguridad y Paz de la Universidad Militar Nueva Granada, le dijo a EL HERALDO que 'el tema de las lanchas deja muchos interrogantes, porque Colombia siempre ha sido la que ha sufrido la intervención del lado venezolano, y eso genera mucha incertidumbre'.

Agrega en este sentido que 'Colombia sabe que en cualquier tipo de acción armada en Venezuela, que derivaría en una guerra interna, el primer afectado va a ser Colombia, entonces siempre ha sido muy neutral en eso; es decir, rechazamos la dictadura, pero no nos metemos en el plano militar'.

Y no se atreve a lanzar hipótesis sobre lo ocurrido porque 'Colombia debe atender en esa zona narcotráfico, cinco grupos armados, pero además el tema de los migrantes, y tienen los instrumentos y capacidades para estar vigilando, entonces a uno le queda la duda de si fue un error o si estaban haciendo inteligencia, porque es muy raro con todos los equipos que se pasen del otro lado'.

Lo que sí está claro, dice, frente a la aparente incursión militar mercenaria a Venezuela, por USD50 mil, para llevarse a Maduro a los Estados Unidos, 'es que la empresa de seguridad norteamericana sí existe y han venido diciendo que ellos sí fueron pagados, cosa que es muy grave porque rompe las lógicas en términos de política exterior'.

En esta acción han negado participación tanto Washington como Bogotá y se sabe que el armamento pasó por Panamá a través de una ciudadana venezolana que vive en Barranquilla, así como que hubo entrenamientos de mercenarios en La Guajira, participación del exmilitar norteamericano Jordan Goudreau, de la firma Silvercopt, y del estratega político JJ Rendón, quien renunció este lunes como alto comisionado presidencial de estrategia y manejo de crisis del gobierno interino de Juan Guaidó. Así como hubo presencia del exmilitar venezolano Clíver Alcalá –ahora en manos de los EE.UU–, y que de hecho uno de los detenidos es su sobrino, apresado junto a los norteamericanos Luke Alexander Denman y Airan Berry.